"Se lo que estoy sintiendo y mi cerebro se siente como si se estuviera muriendo..., y todo por lo que trabajé mi vida enterá ¡se irá!".
Julianne Moore, tras recibir el Globo de oro como mejor actriz dramática declaró: "...gracias por fijaros en una película tan sencilla" y, esa es la verdad, un filme comedido, tranquilo y sencillo sobre la evolución de la enfermedad de nuestro siglo que borra y aniquila quien eres, así como todo el camino emprendido y vivido hasta el momento para realizar ese demoledor proceso inverso a crecer llegando del defendido adulto al bebé indefenso que somos cuando nacemos, ruta sin esperanza de la pérdida atroz de una necesitada memoria y primordial movilidad física, sequedad y parálisis agónica de los recuerdos y de la identidad propia que define quiénes somos, dónde vamos, visión elegante y reposada del mal infecto de nuestros días, un borrador alzheimer que te pilla de imprevisto y desnudo de defensa, en el disfrute y goce de tu vida y arrasa con todo lo que encuentra, con doliente lentitud y mordaz asfixia.
Si se echa un vistazo a todas las nominaciones y premios referidos a la concurrida película, éstas son siempre referidas a la categoría de mejor actriz y, no val mal encaminadas pues la historia es sugestiva, atrayente y notable por una sobria, intensa, contenida e impresionante Julianne Moore que expresa con magnífica pulcritud y excepcional sensibilidad un recatamiento extraordinario que, explosiona y eclipsa a través de su vacía y sonámbula mirada y ese rostro extraviado y nublado de inmensidad olvidada, en un estado cada vez más catatónico presenciado en horrible e impotente primera persona que, tienen la sabiduría de no optar por la vía del desconsuelo y la lágrima fácil y mantiene la compostura con serenidad y porte dentro del martirio imparable de su descenso.
El trabajo de Richard Glatzer y Wash Westmoreland es igual de modesto que toda la narración, un guión básico de evidencia simple para plasmar dicha evolución sin alardear ni destacar en demasía, poca fuerza desgarradora que únicamente puedes intuir gracias a la emocional e impactante actuación de su estrella pero no por las escenas y actos señalados, no por su lineal y poco reforzada evolución pues, no sólo prescinde de muchos puntos a sentir, palpar y atravesar para reflejar con contundencia dicha tortura procesal -negación/ira/negociación/depresión/aceptación..., pasos comunes e inevitables de toda persona diagnósticada con enfermedad crónica degenerativa que apenas se perciben o muestran- sino que, dista mucho de ser el mejor relato que trata y expone dicha tortura en imagen y pantalla.
Demasiados halagos, todos ellos merecidos sin son destinados a su estelar intérprete, exagerados y exarcerbados si se refieren a un filme que poco o nada aportaría en su cómoda y suave visión si no fuera por el nombre, habilidad y arte de la tantas veces referida.
Si tienes cerca la maldita diagnosis de este betibú silencioso y dañino que carcome a cada día, hora y minuto existido o si conoces de familiares o amigos en dicha situación te sentirás enormemente involucrado, más por la arrastrada subjetividad tuya que por el don acertado de dicho relato; en caso contrario, estamos ante una historia sentida, apreciada en su amargor, discreta en su ebullición que se ve con facilidad sin grandes traumas, delicada sin gran profundidad, tenuemente intensa dentro de su moderación, sutil sin mayores contratiempos, pequeña y discreta a pesar de la grandeza que refleja, cárcel opresiva de aislamiento involuntario que martillea la existencia hasta destrozarla, hacerla añicos y matar lo que en su día fue respeto, alegría, sentimientos y admiración.
"Preferiría tener cáncer...," pues, aún dentro del hecho de perder la salud y enfermar, hay categorías sociales y niveles más ventajosos que otros, mucha recaudación e investigación para unas, carencia absoluta de ayuda para otras sino echa un vistazo a cualquier enfermedad tildada como rara, ¡haber si mucha gente o farmacéuticas se acuerdan de ellas!
¡Hasta para sufrir y morir hay preferencia de calidad y grados de distinción!