Crítica de SensaCine.com para Legend: Los gemelos golpean dos veces

Brian Helgeland ya había dado buena muestra de su querencia por el género negro al realizar en 1999 Payback, nueva vuelta de tuerca a la novela que ya había dado pie a un par de maravillas del noir cinematográfico: A quemarropa y El crimen organizado. Fascinado por la narración (Helgeland es antes guionista que director) y por las voces en la estructura de la novela de gangsters, en esa ocasión supo ser moderno a la par que respetuoso hacia un texto violento pero no por ello menos divertido.

Tras muchos años un tanto alejado del género, Brian Helgeland regresa con esta también violenta Legend. No se trata de la adaptación de ningún texto canónico de la especialidad, aunque sí que se ha basado en un libro. En esta ocasión se enfrenta, vía esa crónica entre el periodismo y la ficcionalización, a unos hechos reales y a unos personajes reales: los hermanos Kray.

Ya objeto de un biopic criminal que derivaba de inmediato hacia la tragedia endogámica shakespeareana (Los Kray, a cargodel siempre eficaz y desconcertante Peter Medak), Helgeland parece dejar de lado esos elementos edípicos (pese a que le es inevitable hacer un guiño a un clásico de Hollywood como el Al rojo vivo de Raoul Walsh con James Cagney también demasiado enmadrado) y centrarse más en la lineal narración del ascenso, auge y caída de esta fraternal pareja que acabó dominando, con mano de hiero y ensangrentada, el crimen en Londres.

Clásica, pues, Legend, por fortuna, no se empeña (como casi todos últimamente al hacer un thriller) en remedar a Martin Scorsese, optando por una solución que me parece merecedora de un aplauso cinéfilo: tomar prestado escenas y estructura de La ley del hampa, la única y estratosférica incursión de Budd Boetticher en el cine negro. No obstante, lo que es un acierto y lo que dota al film de su encanto, es también su cinturón de castidad.

Los Kray eran excesivos, y Tom Hardy (maravillosa e inteligente la decisión de que encarne a los dos hermanos) está excesivo… pero sin un tratamiento psicológico que vaya más allá del apunte freudiano de andar por casa, que es lo que Brian Helgeland le acaba dando. Pese a ello, Legend es un estupendo ejercicio de relato criminal, de reconstrucción de época y de revivir toda una tradición, la británica, que nos diera momentos de gloria y películas en un estilo semejante a esta.

A favor: el tour de forcé duplicado de Tom Hardy

En contra: le falta más garra a la descripción de los personajes.