Segunda novela de John Green que es adaptada al cine por el mismo equipo de guionistas que se encargaron de la anterior adaptación, Bajo la misma estrella (2014). Se trata de Ciudades de papel una novela escrita en 2008 que, aunque obtuvo algunos premios de literatura juvenil, no alcanzó el éxito de ventas de Bajo la misma estrella, seguro que el estreno de la película relanzará la novela.
[...] Creo que habría que empezar por decir que es una ciudad de papel, una definición que desconocía y me ha dejado completamente fascinada. Una ciudad de papel o calle trampa es un lugar ficticio, que no existe en realidad y que los cartógrafos incluyen en sus mapas como una trampa de autor para detectar si alguien ha plagiado su obra y así poder denunciarlos por violar los derechos de autor. La ciudad de papel que aparece en la novela y en la película es Agloe, en Nueva York, cuya historia es muy curiosa pues se ha convertido en un lugar real.
También debería desmontar algunos mitos en torno a la película, lo primero que por mucho que se empeñen en decir que la protagonista es Cara Delevingne no es verdad. Es cierto que la trama gira en torno a ella, pero eso no la convierte en protagonista de la película, el verdadero protagonista es Nat Wolff. Los que esperéis un melodrama del estilo de Bajo la misma estrella ya os podéis quitar la idea de la cabeza, es una comedia, podíamos decir que comedia romántica, aunque no se trata de un romance al uso, más bien una historia de desamor o de señales mal entendidas, en la línea de (500) días juntos que, por cierto, es de los mismos guionistas. En el fondo se trata de una historia sobre el valor de la amistad y la complejidad de las personas que nos rodean.
El resultado es una película interesante y agradable, bastante original y con momentos muy divertidos en la que los adolescentes actuales se sentirán reflejados (momento Pokémon). Probablemente, lo mejor de la película es la manera en que han sabido captar el espíritu de esta generación, o la fresca relación del protagonista con sus amigos, donde todo fluye con la normalidad propia de la edad. A lo que habría que añadir un final muy original, para nada es lo que cabría esperar en este tipo de películas. A pesar de que apenas hay tensión en la narración, resulta ser (para mi sorpresa) honesta y divertida.
En cuanto al elenco me ha gustado mucho la elección de los actores, no puedo decir que sean feos, no lo son, pero tampoco son guapos oficiales (incluida Cara Delevingne), son personas normales, de atractivo especial, lo que les hace completamente creíbles en sus papeles. Muy honesto y natural Nat Wolff, al que ya vimos en Bajo la misma estrella, consigue que empaticemos con su personaje y deseemos que realmente encuentre lo que sea que busca en la vida. Misteriosa y enigmática la súper modelo Cara Delevingne, reconvertida en actriz, está no es su primera película ya que debutó en 2012 con Anna Karenina.
Las mejores actuaciones vienen a través de los personajes secundarios, todos prácticamente desconocidos pero sumamente espontáneos. Justice Smith como el adolescente afroamericano cuyos padres coleccionan Santa Claus negros, Austin Abrams (Gangster Squad) es Ben, el amigo que nos dejará los momentos más divertidos; maravillosa Jaz Sinclair como la novia de Radar y por último Halston Sage (The bling ring) que también nos ofrece un personaje sincero y creíble. Mención especial para el cameo de Ansel Elgort, el protagonista de la anterior adaptación de John Green, una aparición tan divertida como inesperada que se llevó un murmullo generalizo durante la proyección.