Crítica de SensaCine.com para Refugiado: La huida

Lejos del cine social panfletario y del cine denuncia pueril, Refugiado es una película sobre una huida, casi un survival donde una madre y su hijo huyen de un monstruo, el padre maltratador al que nunca vemos la cara, solo la voz y parte de su cuerpo; un acierto de puesta en escena que lo convierte en una presencia aún más terrorífica. La cinta está llena de esos detalles; Lerman es un cineasta brillante e inteligente y libera el relato de todo artificio, una apuesta por el naturalismo y la economía narrativa que dota de verdad a la historia. El argentino también acierta al descartar el amarillismo y el tremendismo para hablar sobre un tema tan complejo como es el de la violencia de género.

Además de una huida, Refugiado es también la historia sobre la toma de conciencia de Laura (madre) y Matías (hijo) sobre la imposibilidad de volver atrás, a pesar de sufrir un síndrome de Estocolmo que les hace cometer errores y querer volver a confiar en el padre. En ese sentido la película es modélica, y refleja las dudas, miedos, pasos y la resolución final de cortar por lo sano, con pequeños detalles, sin grandes aspavientos o momentos solemnes, un menos es más que combina la elegancia (una cámara al hombro que no está reñida con una concepción del encuadre preciosista) con la emoción, sin caer en ningún momento en la sensiblería ni los subrayados innecesarios.

El tercer filme como director de Diego Lerman está cerca del cinéma verité de los hermanos Dardenne, sobre todo del El silencio de Lorna, y del Cristian Mungiu de 4 meses, 3 semanas, 2 días, ya que aquí se respira la misma angustia y crudeza de esas dos películas, con esos guiños al suspense y terror sui generis que tienen su punto culminante en la secuencia en la que madre e hijo en plena huida deciden acudir al apartamento familiar a recoger sus pertenencias y por segundos no son pillados por el padre. Una de las escenas más angustiantes vistas en el cine hispanoamericano reciente.

A favor: Todo.

En contra: Que pase desapercibida en una cartelera llena de estrenos. Necesitará del boca-oreja para encontrar su lugar.