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    Irrational Man
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    3,5
    315 notas
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    14 Críticas del usuario

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    cine
    Un visitante
    1,5
    Publicada el 3 de octubre de 2015
    Interesante porque siempre es Woody. Pero trasnochada, parece que estás en un bucle, en un dejá vu, que a mí me acabó cansando
    Jesus G.
    Jesus G.

    112 usuarios 37 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 2 de octubre de 2015
    No sé si han sido mis bajas expectativas, que preparándome para el encontronazo con un trabajo mejor de Allen, me habían predispuesto para algo peor (estilo “Magic in the Moonlight”, 2014) o si ha influido que por fin haya podido ver, por primera vez en el cine, una película en VOSE, pero “Irrational Man” (2015) me ha parecido una película fantástica.

    Woody Allen nos narra la historia de un famoso profesor de Filosofía, Abe Lucas (Joaquín Phoenix), que llega a un Campus nuevo para dar clases durante el verano. El romántico profesor, atormentado tanto por su pasado como por su propia existencia y dependiente del Whisky de Malta, tropezará durante su autodestrucción con Jill Pollard (Emma Stone) una brillante alumna de su clase.

    Nuestros protagonistas, complejos, interesantes y estupendísimamente interpretados, son uno de los puntos fuertes de la película. Joaquín Phoenix se saca un recurso interpretativo nunca visto hasta la fecha: su barriga cervecera, y Emma Stone sigue siendo esa niña pelirroja pegada a unos ojos verdes llena de talento.

    Destaca el tono intermedio entre el thriller y la comedia negra, evocando a “Crimen y Castigo” de Dostoievski, y un guión pensado, calculado y escrito con la finura y el tesón del que es una leyenda viva en esto del séptimo arte, donde cada línea rezuma reflexiones filosóficas e inquietudes propias de todo ser humano: la búsqueda del sentido de la vida, la verdadera razón de la moralidad, el peso del azar o la muerte. Todos estos elementos consiguen crear una historia cojonuda, donde los ya típicos paseos y las charlas iniciales dan paso, casi de manera inesperada, al acto criminal, y posteriormente al desarrollo de sus consecuencias. El azar, como ya hiciese en “Match Point” (2005) vuelve a hacer acto de presencia para redondear el film. Cuando el director americano acierta de este modo, te alegras de que nunca se canse de rodar y desarrollar sus maravillosas ideas.

    Por poner algún punto negativo, he echado de menos un par de cosas. La primera, un poco más de humor en algunas situaciones cuyo disparate lo pedía a gritos, y la segunda, algo de silencio, ese silencio que vale oro en las obras de teatro. Si bien es cierto que el abuso de la voz en off, en este caso, está más o menos justificado si analizamos en frío la personalidad de nuestros protagonistas, incapaces de detener en ningún momento el embrollo que causan sus ideas y conjeturas.

    spoiler: Para terminar, y poniendo de manifiesto que el azar rige en ocasiones nuestras vidas (lo encontré anoche de casualidad después de ver la película) os dejo un texto de Jose Luis Sampedro que a Abe Lucas le habría gustado mucho: “…en cuanto a la dignidad, precisaré ante todo que por ello entiendo el talante y el comportamiento que dan sentido humano a lo que la vida arroja sobre nosotros. No podemos evitar la agonía, ni la desgracia, ni el súbito enriquecimiento, ni tantas cosas buenas ni malas, como no podemos evitar situaciones en las que hemos de tomar una decisión entre varias posibles. Pero sí podemos afrontar todo esto convirtiendo lo azaroso en algo insertable en nuestra biografía, congruente con lo que somos: casi me atrevo a decir, como si naciese de nosotros lo que nos ha sobrevenido. Hacerlo nuestro, desprendiéndolo del azar, como algo que «tenía que sucedernos», es hacer lo humano. Para mí eso es la dignidad. Con ella somos casi creadores –incluso aprovechando lo imprevisto- de ese «hacerse lo que se es» en que consiste vivir…”


    PD: No dejéis de ir al cine en VOSE si tenéis la oportunidad, disfrutar una actuación con todos los matices que ofrece la voz original es maravilloso.
    Beatriz López Velasco
    Beatriz López Velasco

    96.855 usuarios 455 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 6 de octubre de 2015
    Una vez más, fiel a su cita anual (van ya 45 películas) regresa a la cartelera Woody Allen y lo hace con un tema que empieza a ser recurrente en su filmografía: el crimen perfecto (Delitos y faltas, Match point, El sueño de Cassandra). Irrational man, que es así como se titula, tuvo su estreno mundial en mayo durante el Festival de Cannes, aunque a España no ha llegado hasta finales de septiembre.
    [...] Woody Allen tiene el handicap de competir contra sí mismo, esta película es lo suficientemente inteligente, fresca e ingeniosa para salir del cine más que satisfecho. Pero el señor Allen ya ha rodado Delitos y faltas (1989), Misterioso asesinato en Manhattan (1993), Match Point (2005), Scoop (2006) y El sueño de Cassandra (2007), en todas ellas reflexionaba sobre el bien y el mal, la culpa, la moralidad, el asesinato y si se puede vivir o no con las consecuencias. Temas que vuelve a tratar en Irrational man, nuestro querido profesor será realmente capaz de llegar hasta el final y si lo hace saldrá airoso, me temo que las respuestas fueron más elocuentes y estuvieron más trabajadas en Delitos y faltas y en Match Point. Por no hablar de Extraños en un tren (Hitchcock) o de Crimen y castigo (Dostoyevski) que tantas referencias tiene en la cinta.
    El caso es que la trama da la impresión de estar desarticula, con un Joaquin Phoenix extremadamente taciturno contándonos su drama personal y una jovial y curiosa Emma Stone relatando lo maravilloso que es conocer a un personaje tan excepcional. Avanza el metraje entre disertaciones sobre filosofía y existencialismo y un triángulo amoroso, para convertirse en una trama criminal y es cuando la película sube a otro nivel, todo va ocupando su sitio y está donde tiene que estar, incluso una simple linterna.
    Durante la proyección me comentaba mi hijo que el papel de Joaquin Phoenix le hubiera venido bien a Mark Ruffalo, a lo que conteste que veinte años atrás lo hubiera interpretado el propio Woody Allen. Según se iba desarrollando la historia me desdije de mis palabras, el papel que hubiera interpretado Allen, sin ninguna duda, era el de Emma Stone. Resulta fascinante ver como Emma se asemeja por momentos a Allen, la nueva musa del director ha encontrado donde mostrar su talento. Por su parte, Joaquin Phoenix está completamente convincente en el papel del torpe y deprimido profesor, ¿hay algo que este chico haga mal? Excelentes sus escenas con Parker Posey, dos personajes con la misma falta de ambición pero con desarrollos muy diferentes.
    Pese a todo, esta no es una mala película, el final es muy ingenioso, pero tienes la sensación de que Allen rueda por rutina, por mantenerse ocupado y que nos puede dar más y mejor.
    Rafael Coronado Navarro
    Rafael Coronado Navarro

    23 usuarios 20 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 1 de octubre de 2015
    No me parece la mejor de Woody Allen, pero me gustó y aunque en el primer tramo se me hizo lenta luego recuperó el buen ritmo y se me hizo corta, el guión original y entrando en el meollo de una filosofía muy particular de un profesor alcohólico y deprimido dispuesto a recuperar las ganas de vivir de una manera muy particular y poco ética.
    cine
    Un visitante
    4,0
    Publicada el 8 de marzo de 2016
    Divertida e irracional. Me gusta mucho el papel del personaje principal, el cambio de humor y de ver la vida a causa del solo pensar en el asesinato del juez. Una película recomendable para pasar un buen rato.
    Marta F.
    Marta F.

    100 usuarios 38 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 2 de octubre de 2015
    La imagen de la estudiante perfecta no logra conectar con el otro lado de la pantalla como lo hace su desaliñado profesor en crisis. Cierto es que la trama principal parece alargarse sin sentido a la mitad de la cinta. Un tedio que se ve más que recompensado con el gran giro final. Y así, la comedia romántica intelectual se convierte en una historia que te hará reflexionar sobre cuestiones como la culpa, la justicia o la moral. El resultado es el deseado. Los espectadores se levantan de la butaca preguntándose ¿y qué hubiera hecho yo?
    fazco
    fazco

    31 usuarios 28 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 14 de marzo de 2016
    La historia al principio no es diferente a muchas otras, pero al final tiene un cambio tan drástico que permite darle un toque de locura (o irracional como el nombre de la película) que la hace una obra para ver y disfrutar.
    La actuación de Joaquin Phoenix es muy buena, y no deja entrever desde el inicio la persona que termina convirtiéndose al final.
    Sebastián T.
    Sebastián T.

    7.406 usuarios 166 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 30 de octubre de 2019
    Un deprimido, inteligente y locuaz docente de filosofía busca darle sentido a su apagada vida y lo encuentra a través de una de las más grandes desviaciones. Irrational Man es una película que se esfuerza en entregar contenido novedoso e iluminador, pero a final de cuentas no lo logra. Posee un ritmo rápido, tiene sus buenos momentos y las actuaciones de Phoenix y Stone funcionan bien. El argumento es entretenido, se desarrolla acertadamente, pero al final pierde todo tipo de sentido. Es una buena película para pasar el rato, pero no es lo mejor de Allen, ni de Phoenix, ni de Stone.
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    1.851 usuarios 101 críticas Sigue sus publicaciones

    2,5
    Publicada el 2 de octubre de 2015
    Repetición, infértil y sin entusiasmo, de lo ya acaecido en otras ocasiones, que se salva por el arte y mérito de su actor protagonista.
    Si a Woody Allen le falla su escrito, si flaquea en su guión, entonces mata a la mitad de su criatura, se carga su pasión y esencia, elimina su encanto y atractivo, deja al espectador cojeando, triste y desamparado por lo endeble e insulso de lo observado, un anodino teatro existencialista donde el asesinato es remedio sano para la depresión, donde la pérdida de motivación por la vida, y de valores por su desganada realidad, toman coraje y vitalidad gracias al objetivo de jugar a transgredir la ley y no ser pillado, de ser rey y dios entre analfabetos ignorantes.
    No es la primera vez que el director neoyorquino saca a colación el asesinato como salvación de la desidia, así como tampoco es novedoso el planteamiento del astuto azar y su rocambolesco modo de actuar y encajar las piezas -las cuales igual apuestan a favor que en contra-, en esta ocasión reforzado y decorado por un montón de teoría metafísica, que se expone gratuitamente para dar consistencia y potencia a su personaje, para resaltar y afianzar ese paso crucial desde el abandono y la desolación a la juventud de la ilusión, al respirar de la querencia, al empuje por existir y a la nueva perspectiva de proyectos por delante.
    “Gran parte de la filosofía es una gran paja mental”, “hay que confiar en los instintos”, “hay que actuar en lugar de observar” y un montón de baratijas similares, para unos diálogos que carecen de la chispa e ingenio que es la característica habitual de su firma y estilo, en el agudo intercambio camunicativo, en la esperada fructífera e irónica charla ha perdido su fuerza y sabiduría, su poder y revestimiento seductor; ésta adormece, apenas revive o alimenta tu espíritu o mente, el comandante de su historia no provoca emoción o intriga, devoción o inquietud, es más, ni siquiera supone originalidad respecto otras creaciones anteriores de sus cintas, un conjunto insustancial, exiguo y poco nutritivo, decepcionante teniendo en cuenta quién firma la cinta; simplemente cumple con mínimos, en un producto mediocre, recopilación rumorea de previos ya vistos y de aportación muy pobre para con la audiencia.
    Según una de las perlas, del melancólico y devastado profesor Abe Lucas -un excelente Joaquín Phoenix, respetado actor que siempre se vuelca al máximo en sus trabajos-, maestro de filosofía que ya no cree en nada ni por nadie se molesta, dice “Kant aduce que la humanidad se agobia por cosas que no entiende”, aparte de la cita indiscriminada de un cúmulo de autores más, al uso abusivo, para darle carisma y entereza a una sinopsis que, expresada en palabra recitada, en voz alta, carece de todo rastro de la misma, simpleza de refutación discursiva y expresiva para quien ni se ha esforzado ni se lo ha currado.
    La muerte como alimento de la vida, la obsesión como despeje de la obstrucción creativa, la osadía de intervenir y solucionar como musa del inspirar, escribir y recitar, bla, bla, bla..., pero, en el fondo, únicamente hay un desfile de individuos poco apetentes, nada sugestivos, sin deseo por ellos y ni rastro de su peculiar mordacidad, de su talento labial, de su desparpajo andante, de su personalidad única e inolvidable; trivial mano a mano cuya partida no tiener fervor ni misterio, que ni incita ni alienta.
    Ligera, pasajera, sin conflicto ni profundidad, se pasa por ella por imperativo categórico de ser fan confeso que espera mejore, esta evidente rebaja, en su próxima entrega; mantiene su don para la recreación, el vestuario, la música y la perfección detallista de las escenas, agradecido cuidado y esmero que se evapora al no dispensar su usual y esperada ocurrencia y agudeza en ese manuscrito, que debe ser su pilar firme de sustento.
    Un hombre irracional, con la calculada lógica de su parte, cuya luz para resurgir y volver a la vida activa le lleva a enfrentarse con su yugo destino, tránsito del más venerable encaje a la más catastrófica locura que no supone un gran aliciente, más bien una desaborida desilusión, un pasivo desengaño por la escasez de empeño y propósito, por la familiaridad de lo observado y por la ausencia de ánimo y acicate para sentirse satisfecho y fascinado por ella, contrariedad que no anhela el alma, desencanto que golpea al corazón, más una razón que sigue a la espera de ese ansiado suculento alimento, que no llega.
    Defrauda.
    L.
    L.

    164 usuarios 45 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 15 de noviembre de 2015
    La última de Woody Allen empieza de forma previsible y monótona, aunque va ganando a medida que la historia avanza, sobre todo tras el giro argumental que nos adentra en reflexiones morales. 'Irrational Man' es entretenida, siendo lo más destacable las actuaciones de Joaquin Phoenix y Emma Stone.
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