Un interesante largometraje, pero con el gran problema de que su trama carece de vida. Es como si sus personajes se movieran porque lo dice el guión, no porque evolucionen ante nuestra observación. Una construcción sin clímax, y giros argumentales que la doten de una pretensión más elevada. Un guión llano y simple, buscando la naturalidad en un filme donde tiene lugar en que apenas pasa nada. Un pasatiempo sin demasiados flecos sueltos. O como dotar a su protagonista de una subtrama familiar, poco interesante y precariamente complementada.
Su director mete escenas mal explicadas, sin mucho sentido que nos puede incitar pensar en un buscado relleno. Como también tecnicamente un reguló montaje, tirando demasiado de xxxxxxxxx. (escenas que no nos llevan a ninguna parte) (tomas de salto de escenas)
.El ritmo de la cinta es acertado, sin prisa pero sin pausa iremos recomponiendo los hechos de la mano del verdadero acierto de la cinta, sus dos principales protagonistas: los inspectores. Los personajes no se adelantarán a las conclusiones del espectador, ni el espectador vislumbrará el final antes que sus protagonistas. En esta cinta se logrará la difícil misión de que espectador y protagonistas vayan de la mano, lo cual hará que no perdamos atención ni un sólo instante hasta averiguar quién cometió este terrible crimen.
Interpretados con verdadero peso y credibilidad por Carmelo Gómez y Antonio Garrido que serán los perfectos Leo Caldas y Rafael Estévez, haciendo que la química entre ellos traspase la pantalla. dos personajes contrapuestos que se complementan a la perfección. @
El resto de intérpretes logran conformar unos personajes muy creíbles en sus singularidades, en la pena, antipatía, rudeza o angustia. Los silencios cobran tanta importancia como los diálogos, y el mundo cerrado de los pequeños pueblos rurales y de las comunidades pesqueras van abriéndose paso con el esfuerzo de una cuidada puesta en escena y credibilidad en actuaciones.
Con una música sutil que acompaña momentos sin protagonizarlos, la cámara nos va llevando por un camino oscuro, complicado, con falsas verdades y medias mentiras, en una intriga de aires costumbristas, y en donde la costa viguesa adquiere protagonismo desde la primera hasta la última escena, consiguiendo trasladar al particular carácter gallego rural del misterios y las creencias, donde nada es fácil.