"Juego de Ladrones: El Atraco Perfecto" es un interesante thriller de robos & atracos, dirigido por Christian Gudegast en el debut de su ópera prima y protagonizado por Gerard Butler. Narra la historia de una legendaria banda de ladrones de bancos, que decide robar la Reserva Federal en Los Angeles antes las narices del ayudante del sheriff. Con sus planos y haciendo todo a la perfección para que todo salga brillante, con un tramo final frenético y con buenos momentos de tensión. Un thriller con todas sus letras y un final lleno de acción, adrenalina y tiroteos bien hechos, sin música, solo oyendo los disparos y notándose el realismo y la tensión que sueltan los protagonistas y el ambiente. La mayor diversión en la cinta, es ver como “Nick Flanagan" (Gerard Butler) y Ray Merrimen (Pablo Schreiber) compiten por todo entre ellos. Ya sea en el campo de tiro, en un duelo dialéctico de palabras o en la cama de una prostituta, los dos hombres alfa, realmente no dejan ni un solo minuto sin exhibir y medir su masculinidad. Todo ello es tan exagerado que resulta hasta gracioso. Así que el público recibe un variado juego del gato y el ratón entre ladrones y "anti héroes", que incluso puede traer algunas sorpresas inteligentes e inesperadas.
A pesar de su tiempo de duración sorprendentemente largo, (140 minutos) es una cinta entretenida, que no se hace pesada rodada a un gran ritmo. Los tiroteos prolijamente montados nunca son utilizados como un medio puro para conseguir un fin, sino que están bien integrados en la acción general. Aunque los diálogos permanecen lejos de ser brillantes, son perfectamente pertinentes, naturales, no se sienten impostados y, en algunos momentos, resultan bastante enigmáticos. Muchas secuencias y subtramas podrían haber sido recortadas perfectamente, y de esta forma no dejaría la sensación de estar algo hinchada. Por ejemplo, la subtrama que involucra a la esposa y la hija de “El gran Nick” podría haber sido recortada y seguramente no hubiera afectado ni restado fuerza al resultado final del film. La referencia a veces excesivamente clara es el cine de Michael Mann. Tanto en forma y contenido como en la percepción del robo y en la realización de la película de género como un trabajo de precisión absoluta. El director intenta crear un dinamismo similar entre Gerald Butler (policía) y Pablo Schreiber (ladrón), con los personajes de Robert De Niro y Al Pacino en “Heat“. Las escenas de acción están rodadas con precisión y el sonido durante cada una de ellas está excelentemente acoplado.
Durante sus secuencias de robo y tiroteo, la cinta ciertamente muestra una reverencia por las tenues y temperamentales tácticas de construcción de tensión del clásico de Michael Mann, lo que hace muy difícil no compararlas. Es un thriller de acción alejado de los típicos policíacos a lo que estamos acostumbrados a ver, debido en parte a que los policías consiguen a su vez ser tan malos o tal vez incluso peores que los ladrones, haciendo la historia aún más interesante. Un guión magníficamente elaborado, que esconde muy bien lo que va a suceder, quienes son los verdaderos villanos y cómo va a terminar la trama. La puesta en escena es bastante buena, con un estimable diseño de producción de Kara Lindstrom, recreando Los Ángeles en Atlanta (Georgia-USA) y alrededores, con tomas aéreas de segunda unidad de Los Ángeles del Puente Vincent Thomas, la Institución Correccional Federal, la Isla Terminal y el horizonte del centro de Los Ángeles. Esto filtrado por la fotografía de Terry Stacey, rodando la acción con vigor y energía, sumándose una edición electrizante de David S. Cox, Joel Cox y Nathan Godley, potenciando las secuencias de tiroteos es destacable la formidable mezcla de sonido de Kami Asgar, haciendo que los disparos salgan de la pantalla.
Las actuaciones son correctas, Gerard Butler interpreta a O'Brien conocido como "El gran Nick", aquí le vemos en plan macarra, con un guión que le viene de anillo al dedo y en el cual se siente cómodo. Un hombre desafiante, respetado y apreciado que se ve acorralado en su propia tragedia. Un juego sucio enriquecido por Christian Gudegast a través de una especie de competición entre dos hombres. Dos líderes, cada uno posicionado en un lado de la ley, en una dicotomía ideológica, respetada por todos los miembros de cada bando. Es bien probable que la mayoría de los aficionados al cine descubran con satisfacción y quizás incredulidad que Butler ha dejado de ser un actor de mimo. Aquí realiza una gran labor interpretativa como un policía maravillosamente descuidado y sin escrúpulos al que le gusta disparar más allá del objetivo. O’Shea Jackson Jr. encarna a Donnie Wilson, interpretando de forma correcta un personaje interesante, clave en la trama, convertido al mismo tiempo en el conductor del robo e informante de la policía. Pablo Schreiber como Ray Merrimen, que después de numerosas e importantes interpretaciones en series y, sin apenas mucha visibilidad en cines, obtiene ahora su mejor papel para la gran pantalla, como jefe inteligente e intimidante de una pandilla de ladrones. Realiza una actuación más que convincente, la cual seguramente, le abrirá las puertas para próximos proyectos.
En definitiva, es un thriller bastante correcto para ser el primer proyecto de Christian Gudegast como director, hace un trabajo bastante notable. Es capaz de crear con gran efectividad buenos momentos de tensión y escenas de acción interesantes, como lo demuestra la escena de introducción que involucra a una camioneta blindada, o la larga secuencia final. Un film que cumple sobradamente con su propósito final: entretener y pasar un buen rato, sin más aspiraciones. Pero una cosa es cierta, la película es mucho mejor de lo que piensas inicialmente cuando lees el elenco de actores protagonistas.