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    Espías desde el cielo
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    3,7
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    Lourdes L.
    Lourdes L.

    129.894 usuarios 920 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 19 de junio de 2016
    Guerra a control remoto.

    Es difícil agrupar en un adjetivo los sentimientos que genera, en un sustantivo la algarabía de sensaciones que supura tu cuerpo y medita tu mente pues, es tan amplia la polémica y tantos los puntos de vista, ninguno absolutamente inocente o culpable, que te tambaleas en un mar de confusión y duda, de aceptación y desprecio que se intercalan y mezclan sin descanso ni permiso ya que, abrazas todas las posturas, cada una con su razonado debate y evidente acierto de enfoque en esa carrera de suspense a contrarreloj, con tibia tragedia incluida, que te lleva a meditar y especular por cuál de ellos te decides, cuál sería tu aptitud dado el caso, si la de los que ceden la pelota por no querer acarrear con el peso moral de la autorización dada o, de los que deja de ver ese mínimo daño colateral y se apoya en la estadística matemática de salvar a muchos más.
    Porque ahí reside la cuestión, la importancia de una vida anónima, angelical y pura, para detener una operación militar de alto grado, un presente indemnizado o abatido por una real probabilidad, próxima a ejecutarse con horribles consecuencias sintomáticas; conciencia combatiente en ese interesante, agobiante, curioso y complicado sistema de mando, donde se procede a consultar a superiores, una tras otro, para ver quién tiene la valentía de asumir su cargo y tomar la decisión correspondiente al mismo, poder que acojona y asusta por las consecuencias propagandísticas de no querer nadie comerse el marrón de la culpa pública.
    Pero siempre hay alternativa para esquivar la situación y que los datos se decanten a favor pues, como abre certeramente la cinta “en la guerra, la verdad es la primera baja”, sentencia dictatorial ejecutada a rajatabla que, en su peculiar antecedente, expone un abanico de frentes dispersos, todos coordinados, con el único objetivo de llevar a cambio la misión encomendada, aunque ésta cambie de finalidad resolutiva dada las nuevas circunstancias.
    “Tu trabajo es ser sus ojos en el cielo”, y así se muestran los nuevos métodos y armas de los actuales conflictos bélicos, esos que se juegan desde una cómoda silla de despacho, con café y bollos, mientras el piloto comandante se halla en un cubículo portátil, en Nevada, jugando a los marcianitos humanos con una pantalla, una cámara, un control remoto y una discutida orden, complicada o sencilla de asumir, según se mire.
    Porque hay controversia, hay discusión, hay rechazo, hay acuerdo, todo tan palpable y tan distante, tan impersonal y frío, inquietante y necesario; debate ético que no deja a nadie indiferente mientras la inesperada pequeña, motivo central de toda la contienda, sigue vendiendo panes, en la esquina de su barrio, con esa ignorancia de no saber la gran presión, incertidumbre, enfrentamiento y colisión de mandos que está provocando, por obedecer a su madre.
    Y cualquier decisión, de avance o retirada, tendrá sus consecuencias, ninguna buena para ningún caso, y estupefacta oyes las conversaciones que dan a lugar, inquieta percibes la tensión de lo que hay en juego, con sinceridad entiendes a cada uno, con tristeza corroboras que hay que postularse, con conocimiento de causa de que no existe área segura que libre de la responsabilidad de decidir o callar, se asume la autoridad que va acorde al traje y los galones.
    El precio de la guerra, siempre justificado, tal vez por ello habría que evitar llegar a ella pues, una vez puesto en marcha todo el conglomerado de procedimientos e instrucciones alguien saldrá herido, y suerte si sólo cae uno pues, se cuentan por mayoría desechable esos peones caídos involuntariamente en el arte de la guerra; ésta y sus tácticas han cambiado, y mucho, con el uso de las nuevas armas técnicas, lo que da escalofrío pensar es el día en que los del otro bando posean esas mismas formas de combate, y la baja en cuestión sea tu hija jugando en el patio de tu casa.
    Buenos y malos, todos mezclados/ninguno limpio, un guión certero en su blanco a las emociones, puntero en atacar la moralidad de la audiencia, decisivo en crear argumentos a favor y en contra, todos unidos sin apenas distancias; dos actores sobresalientes, Hellen Mirren y Alan Rickman, que pasan a segundo plano dada la importancia del intercambio dialéctico y la reflexión que conlleva, aguda, cínica e intolerable pero real como la vida misma, y la situación actual que la sociedad soporta.
    Ojos en el cielo que espían y deciden quién continua viviendo, qué se deja a riesgo, quién es amenaza, qué ciudadano es prescindible, cuál debe salvarse..., importa el color de piel, importa la procedencia, importa quién tiene turno esa mañana, importa lo que diga el informe, importa lo que se cuente a la prensa, importa lo que trascienda de esas agónicas horas, para salir todos indemnes y legalmente protegidos..., lo que ya no importa es una pequeña niña vendiendo panes, en la esquina de su barrio, como le había dicho su madre.
    La ventaja o martirio, beneficio u horror de tener espías en el cielo, de ojos autómatas pero pulsador humano.

    Lo mejor; la habilidad de la dirección y su escrito para aspirar y devorar la cinta.
    Lo peor; su postulado de tragedia humana es débil.
    Nota 6,4
    Beatriz López Velasco
    Beatriz López Velasco

    96.868 usuarios 455 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 11 de mayo de 2016
    Las guerras del siglo XXI ya no se libran a ras de suelo, ni es necesario desplegar grandes ejércitos para intimidar al enemigo. Los avances en la técnología nos han llevado a que aviones no tripulados (drones) guiados por un piloto que se encuentra en otro continente, resultan más letales que un batallón de infantería. La película Espías desde el cielo,dirigida por Gavin Hood (El juego de Ender, X-Men orígenes: Lobezno) y basado en un guion de Guy Hibbert (Cinco minutos de gloria, Omagh), trata de exponer los distintos puntos de vista y los debates morales que plantean las modernas guerras con drones.
    [...] La película se desarrolla en varios escenarios, en cuatro continentes: la Coronel Powell y su equipo se encuentran en una base militar inglesa, en Pearl Harbor (Hawái) se encuentra el equipo de reconocimiento facial para asegurar que los objetivos son correctos, la vigilancia aérea se realiza por un dron controlado desde una base estadounidense en Las Vegas (Nevada) y en Nairobi hay un par de agentes de campo ofreciendo imágenes de corto alcance y un grupo de tropas de tierra listos para intervenir.
    La trama se desarrolla prácticamente en tiempo real durante la hora y media que dura la cinta, una vez que la misión deja de ser de vigilancia se suceden las llamadas de teléfono, las consultas a instancias superiores y el debate sobre si es conveniente atacar o no. Y es en este punto donde la película toma un giro interesante y se vuelve completamente emocionante, el asunto ya no es la guerra, ni los terroristas, ahora se trata de decidir que es mejor (o lo menos malo) evitar las muertes que pueden causar los terroristas, asumir los daños colaterales del ataque militar (simbolizado en una niña que vende pan) o encontrar el término medio, intentando alejar a la niña primero y matando a los terroristas después, todo ello contrarreloj pues los terroristas pueden irse en cualquier momento.
    La protagonista es Helen Mirren como la Coronel que lidera la operación, eficaz como siempre, aunque el papel no le supone mucho esfuerzo. Resulta gratificante encontrar de nuevo a Barkhad Abdi (Capitán Phillips), su personaje es el más carismático y el que más nos hará agarrarnos a la butaca. El toque humano lo pone Alan Rickman (Love actually) como un Teniente General inglés supervisando la operación desde Londres. La película está dedicada a su memoria ya que fue la última que rodó antes de morir en enero de este año. Aaron Paul (Breaking bad) es el piloto del dron incapaz de disparar sabiendo que la niña está en la línea de fuego. Iain Glen (Juego de Tronos) pone la nota de humor como el Secretario de Estado inglés con problemas estomacales durante un viaje en Singapur, (por un momento pensé que iba a llamar Khaleesi a Helen Mirren).
    Espías desde el cielo nos ofrece una inteligente reflexión sobre la complicada ética que se plantea en los conflictos bélicos actuales. Tenso suspense y grandes interpretaciones para una historia que, me temo, no se aleja mucho de la realidad.
    papibus
    papibus

    58 usuarios 37 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 28 de mayo de 2016
    La peli no está mal. Plantea dilemas morales sobre daños colaterales y las distintas responsabilidades de la cadena de mandos. Los actores muy bien todos, pero quizás me esperaba algo más.
    Raúl C
    Raúl C

    37.946 usuarios 566 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 22 de noviembre de 2021
    Espías Desde El Cielo (2015).
    Dos de los países más intervencionistas y genocidas de la Historia se la "cogen con un algodón" cuando se trata de llevar a cabo la ejecución de un líder terrorista en suelo keniata, al valorar los daños colaterales de dicha misión protagonizada por drones militares. La inocente víctima en cuestión es una niña que es observada por los satélites espías, y que se encuentra dentro del radio de acción de la onda expansiva del misil a enviar.

    El director de Lobezno, quien se reserva un papel secundario en la película, nos hace preocuparnos durante los 100 minutos que dura el largometraje de las víctimas potenciales, y casi nos hace creer que realmente los gobiernos y ejércitos estadounidenses y británicos dudarían tanto en llevar a cabo una misión que salvarían potencialmente muchas vidas, matando a la citada cría.

    El reparto es lo mejor de la cinta, encabezado por los veteranos Helen Mirren y el tristemente desaparecido Alan Rickman en el último papel de su carrera. Décadas han pasado desde que hiciera la vida imposible a B. Willis en aquel rascacielos. Los acompaña Aaron Paul, tras su catapultada presencia en "Breaking Bad"; y Barkhad Abdi, el pirata de "Capitán Phillips", aquí en un papel mucho más bondadoso.

    Raúl Cabral.
    Puntuación personal: 6,5
    Adolfo Garcia Gonzalez
    Adolfo Garcia Gonzalez

    80.634 usuarios 660 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 25 de junio de 2016
    Poco ruido y pocas nueces. La verdad es que no logra engancharte hasta que no comienza los dos minutos de tensión que hay, una vez ahí, te engancha, (demasiado tarde, esta acabando). Mucha verborrea para acabar siempre igual. La mayor parte de la película es lenta, aburrida y soporífera, tienes la sensación de haberla visto ya. Gracias a Dios que las interpretaciones son buenas y es lo que salva al metraje.
    Jose A.
    Jose A.

    13.626 usuarios 206 críticas Sigue sus publicaciones

    2,5
    Publicada el 28 de julio de 2017
    Tensa, pero me parece que le falta fuerza, llega a ponernos atentos al drama, pero al final deja la sensación que le falto algo mas. Las actuaciones de la protagonista principal y el recientemente fallecido actor buenas, el resto del elenco flojos (salvo el actor somalí), pero en el colmo, se ve en la peor actuación, el de la pareja de pilotos del dron, me dieron ganas de llorar por tan feo trabajo. Linda la niña.
    Vaquera del espacio
    Vaquera del espacio

    48 usuarios 30 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 14 de noviembre de 2019
    “La verdad es la primera víctima de la guerra “ Así comienza esta película que recomiendo. Es muy actual sobre la paz y la guerra, las estrategias, los daños colaterales, la des humanización y el miedo a la mediatización de los gobiernos, que entienden que las revoluciones se cuecen en las redes sociales. Lugar también donde se produce el adoctrinamiento.
    Atilio Nalerio
    Atilio Nalerio

    14 usuarios 19 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 11 de noviembre de 2016
    Cambalache. “el mundo fue y será una porquería…” con estas palabras el brillante dramaturgo, cineasta y compositor argentino Enrique Santos Discepolo comenzaba su legendario tango que a través de los años se convertiría en un retrato siempre vigente, no importa la fecha, de la actualidad. Y de estas inmundicias habla esta película. Al igual que en Good Kill aquí se plantea la encrucijada moral que resulta de la matanza a control remoto vía drones de supuestos terroristas y de los eufemísticamente llamados “daños colaterales”, es decir de la indiscriminada masacre de civiles inocentes ya sean niños o viejos, madres o discapacitados, enfermos o pacifistas. En el antecedente que mencioné el dilema ético se mostraba en el personaje que apretaba el botón del disparo mortal interpretado por Ethan Hawke y aquí también (en este caso actuado por Aaron Paul), pero con el agregado de que esa disyuntiva vital se traslada también a toda la pirámide de decisión, desde los militares al mando, pasando por los asesores y culminando en las cabezas políticas que son en definitiva quienes toman esas criminales decisiones. Un guión muy bien estructurado y una dirección firme le imprime a este filme un ritmo muy ágil y el suspenso se acrecienta hasta el final en un thriller que, según creo, te resultará muy entretenido. Ahora bien, más allá de los disyuntivas que padecen los hombres y mujeres que manejan los drones mortales cuestionando la degradación de los valores, las mismas lágrimas y la pesadumbre del resto de los burócratas políticos y militares es un tema que cada uno de nosotros discernirá si creer o no. Personalmente, aunque estuve muy entretenido y atrapado por el suspenso, yo no les creo.
    javier s.
    javier s.

    87 usuarios 37 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 22 de mayo de 2016
    Película para reflexionar, bastante aséptica desde el punto de vista del director, para que cada uno saque sus propias conclusiones. Unos terroristas que van a ser capturados, pasan a intentar ser matados desde un dron porque van a inmolarse con explosivos, y pueden matar a muchas personas. Pero justo al lado de la casa donde están hay una pobre niña vendiendo pan. Que hacer en ese caso? Los norteamericanos lo tienen muy claro. Los ingleses no. Dudas jurídicas, llamadas a cargos cada vez más altos sin asumir responsabilidades. Los militares ingleses lo tienen claro. Los políticos ingleses no. A una política: "Nunca diga a un militar que no conoce el precio de la guerra".
    Macià P.
    Macià P.

    1.654 usuarios 92 críticas Sigue sus publicaciones

    2,5
    Publicada el 5 de junio de 2016
    Siempre con alguna pantalla delante o detrás para dejar bien claro que la tecnología es omnipresente y de una precisión milimétrica, la tensión dramática se reparte de forma equilibrada para llegar a un final previsible y simplista. Esta tensión producto de un guión bien estructurado y dos interpretaciones protagonistas que sobresalen, Helen Mirren y un recientemente fallecido Alan Rickman, terminan construyendo una cinta que no aspira a nada más que a dejar un poso de digno entretenimiento con una moralidad más que discutible. (5,5 / 10)
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