La historia se centra en una familia y los trágicos acontecimientos que tuvieron lugar cinco años antes.
La película se llena de secundarios que hacen que la trama se disperse sin necesidad, con unos 'villanos' que son de pegote y solo estamos esperando ver cómo se pelean los monstruos.
Me pone de los nervios ver constantes planos de Kyle Chandler mirando "intensamente".
Hay tanto movimiento de los personajes de aquí para allá, que ya no sabes si estás en un avión, un submarino, en China o Estados Unidos.
Un desastre de guion que se compensa un poco con unos monstruos fantásticos.