Últimas opiniones : Lion - Página 2

Enserio la película da bastante drama a la historia ya que aunque esta película está basado en hechos reales , tubo una gran influencia en mi ya que enserio cuando ves que el niño SHERU se pierde, eso me transmitió bastante en mi.

Nunca he llorado tanto al final de una película...emoción mezclada con impotencia y a la vez tristeza. Una película que me impresionó tanto por el papel del personaje en la parte adulta ,pero aun más por el pequeño que brilló... No encuentro palabras para describir la sensación ...simplemente una vez mas la vida gana a la pantalla, a la ficción. Me encantan las películas que inspiran y que te dejan pensativo...se merece un 10. spoiler:

"Lion" de Garth Davis se fracciona en dos partes bien delimitadas: una que va desde el momento de la infancia del protagonista cuando se pierde en el puente Howrah de Calcuta donde se plasma la miseria de una vida de ladronzuelo; y una segunda parte más existencial con sus padres adoptivos de Australia donde poco a poco va tomando fuerza esos sueños de su infancia incompleta hasta hacerla obsesiva, porque tus orígenes son los que dan un sentido a la vida posterior. En ese paréntesis de indecisión se abren dos brechas de dudas: por un lado se cuestiona la necesidad de traer al mundo más niños cuando hay tantos que malviven en la miseria, pues la madre adoptiva, Nicole Kidman ( nominada a los Óscar 2017 como ocurre con el actor de adulto Dev Patel aquel actor de "Slumdog Millionaire" de Danny Boile) spoiler: se plantea la estupidez de traer más vidas al mundo cuando hay tantas descarriadas, por eso prefiere adoptar que traer más vidas a este mundo; por otro lado, se muestra la posibilidad de que esa decisión te cueste disgustos enormes si te sale rana el hijo adoptado como pasa con uno de los dos que acogen en su seno. 


En la India de finales del siglo pasado, (es un hecho verídico como tantos otros de niños abandonados y perdidos entre la pobreza) dos hermanos raterillos que se dedican a pillar lo que encuentren entre los despojos. Resulta que el pequeño tan solo tiene cinco años, no se tiene en pie pero insiste en acompañar a su hermano mayor. El niño se cansa y se sube a un tren de carga que lo desplaza miles de kilómetros lejos de su pueblo natal hasta llegar a la superpoblada Calcuta, donde por mucho que grite nadie le hará caso, pues todos van un tanto a su rollo. No encuentra mejor acomodo para dormir que unos cartones que le ceden otros críos que se encuentran en la misma posición. Llega el momento de la adopción donde un matrimonio de Tasmania se lo lleva a su país. spoiler: Allí notará el cambio brutal ya no tanto de cultura sino de pasar a ser poco menos que una rata de cloaca que roba carbón de los trenes de mercancía a disponer de alimentos, televisión y un conforn que nunca en su vida imaginaba. Su nueva madre que lo lleva en volandas con todo tipo de atenciones. Pero no todo es cariño y amor porque a veces asalta sobre la razón un pasado de penalidades una infancia dolorosa que está insertada en el cerebro y que se quiere recuperar porque con ese vacío no se puede vivir. Ahora la obsesión por conseguir el lugar donde se encuentran los suyos después de pasar más de veinte años se convierte en obsesión
. En definitiva, lo seguro es que a más de uno le levantará las lágrimas de debajo de sus párpados, porque se busca tocar la fibra sensible, aquella que llega y te da fuerte.

Las historias son como el barro. Hay manos que lo convierten en una obra de alfarería excelente y hay manos que sólo consiguen embarrarse. Y esta historia era para embarrarse. El sentimentalismo, la exacerbación de las situaciones podían dar para mucho lagrimeo pero cuando uno tiene claro el objetivo, y éste es de denuncia sin olvidar la peripecia humana, la confección de la historia discurre certera como un torno que gira y gira y sólo espera la mano experta que llevará al barro a su forma imperecedera. Y hay mucho barro y mucha miseria en la India.
De hecho las andanzas del joven adoptado, por su niñez y su país de origen, se llevan una buena parte del film. Necesario, si lo que se quiere es poner en evidencia el abandono, la indefensión y la miseria en la que viven millones de niños en todo el mundo. Si se quiere poner en evidencia el poder de las raíces, para bien y para mal.
Seguro que se podía haber ahondado más en el maltrato y la explotación infantil, haber puesto imágenes más crueles, hechos más deleznables pero no hubiera servido si no para teñir una elegante y contundente denuncia en algo tan indigesto y repudiable como lo que denuncia.
No hay culpables a señalar en el film de lo que le sucede a los niños en la India, porque seguramente no se trata de encontrar culpables si no de encontrar soluciones. Y una de estas soluciones es la que contemplamos en la narración de esta historia.
Después de pasearnos infatigablemente por la desmesura de la India, que si no fuese por la cantidad de documentos que lo atestiguan, se nos tornaría increíble y de ciencia-ficción, nuestro protagonista inicia una nueva vida en Australia, pero como bien dice él en un momento de la película, “no soy una página en blanco”, y llega un momento en que el pasado llama a su puerta y ya no hay otro camino que el de retorno a lo que fue, a los seres que abandonó y que se imagina echándolo de menos y sufriendo por él.
A penas un momento para reflejar el encuentro con su familia hindú, lo justo para mostrar cómo se cierra una herida. Me imagino lo que podía haber sido esta escena en unas manos embarradas por el negocio del cine y me pongo a tiritar.
Cerrar la película con las imágenes de los personajes reales es certeza en vena que impide soslayar lo visto como mero espectáculo.
Una película valiente por lo que denuncia y por cómo lo hace, en la que brilla el niño protagonista y su madrea adoptiva como pilares de una tragedia que en el siglo XXI sigue seguramente manteniendo unas cifras inamovibles desde hace siglos. Los niños son los más indefensos, así que…
Garth Davis ha encontrado el punto de equilibrio entre arte, esos rostros hindús que en su candor y belleza encierran todo el misterio de la India, esos paisajes agrestes y esas ciudades imposibles, y denuncia, el maltrato y tráfico infantil.
Lo que tiene de emocionante y sentimental es lo mínimo Y se agradece.

Lo mejor de la película es la historia que cuenta. Lo que cuenta lo cuenta bien, pero en algunos momentos del principio se hace lenta y se entretiene en contar detalles que no aportan nada. Sin embargo no cuenta casi nada de los años intermedios. Creo que es mejorable. De todas maneras recomendable verla.

es una película conmovedora, simple y enérgica , aunque le faltaron algunos puntos para tener y sentir mas a los personajes, logra muy buenas cosas en la duración de este filme

Una historia cruda y durísima, muy bien relatada. A pesar de pasar de vivir en la miseria y pasar a vivir en un hogar con muchas más posibilidades le sigue faltando algo esencial, la identidad...

Entretenida historia basada en hechos reales sobre un niño indio que se pierde y acaba siendo adoptado por una familia australiana. Mantiene el interés a lo largo de la película, pero no engancha muchísimo: tiene un ritmo lento constante.
Lo que más me gustó fue poder ver las imágenes de la historia real al final de la película.

Con sus altos y bajos, bien narrada! Excelente banda sonora, buena fotografías! Lion infante se queda grabado totalmente!

Es una maravillosa película. De esas que de vez en cuando aparecen. Una obra maestra.
Conecta dos mundos y llega al fondo de los sentimientos humanos con gran sencillez y precisión.