Más no siempre es más
por Cristina Álvarez LópezEn 1960 René Clement dirigió la primera adaptación de 'A pleno sol' la famosa novela de Patricia Highsmith sobre las andanzas de Tom Ripley. El filme aupó la carrera de Alain Delon que, a priori, no parecía el actor más indicado para dar vida al personaje de Ripley aunque, lo cierto, es que su interpretación es magnífica y el filme una obra maestra.
La adaptación de Anthony Minghella, en cambio, cuenta con un casting que, probablemente, hubiese hecho las delicias de la escritora. Matt Damon está perfecto en la piel de ese personaje de aspecto apocado y orígenes humildes experto en el arte de la mentira y la falsificación, y Jude Law parece haber nacido para interpretar, sin esfuerzo alguno, al rico y guapo Greenleaf. Sin embargo, Minghella comete el error de recargar la historia de modo excesivo convirtiendo lo sutil en grotesco (todas las escenas dedicadas a "sugerir" la homosexualidad de Ripley son, simplemente, patéticas). El director siente la necesidad de explicar tanto lo que se esconde bajo las decisiones de los personajes y lo que gobierna las relaciones entre ellos que todo el misterio y el interés queda dilapidado. Sin duda, un mal abordaje para una historia que exigía justamente lo contrario.
A favor: El tándem Damon-Law.
En contra: Lo artificial que parece Mongibello, la isla donde sucede gran parte de la acción.