En la tranquila ciudad junto al lago, la paz se ve interrumpida por una invasión inesperada y aterradora. Miles de lampreas, criaturas voraces y parásitas, que previamente devastaron la población de peces del lago, comienzan a atacar a los ciudadanos.
Los habitantes, en un principio sorprendidos y confundidos por los extraños ataques, pronto se dan cuenta de la magnitud de la amenaza a la que se enfrentan. Las lampreas, con su boca anillada y llena de dientes afilados, se adhieren a sus víctimas, causando pánico y caos.