Nos Vemos Allá Arriba
Película francesa del 2017, de una duración de 114 minutos, con una valoración de 6/10, bajo la dirección y guión de Albert Dupontel, con presupuesto de 23 millones.
Basada en la novela homónima de Pierre Lemaitre, en el que el guión tuvo una señalada remodelacion. Tragicomedia barroca.
En un primer paso de entrada se me hace algo difícil de encuadrar, ya que la película es una mezcolanza de muchas cosas, tiene comedia, en el que se utiliza un tono irónico y burlesco en la narración: es un Thriller, pues tiene crímenes y espectacion. Es un drama bélico y posbelico, con un espectacular primer cuarto de hora con magníficas tomas de guerra muy bien rodadas, y una vuelta a casa traumatica en la que todo a cambiado.
Se nos presenta una trama pintoresca consistente e intensa emocionalmente, llena de sorpresas, en la que por instantes nos puede parecerer un tanto increíble, debido a unos personajes demasiado caricaturizados y por su tendencia a lo grotesco en un ambiente abstacto. Sin embargo te atrae desde el minuto uno, esperando con expectación hacia donde nos encamina la historia. .
El crimen y la comedia en este caso van juntos, en una burla de forma sutil y emotiva de algo tan terrible como la primera Guerra Mundial de partida, lo propio con las tumbas de los soldados, o los monumentos funerarios.
Este tono distendido y abstracto también se aplica en el modo de tratar la mutilación sufrida por Edouard pmen.z su rostro. Toda la mandíbula inferior ha sido destrozada. Sin embargo, él sabe perfectamente disimular y camuflar esto por medio de una máscara facial, y dado que Edouard es un magnífico artista, sus máscaras se vuelven cada vez más hermosas y extravagantes durante la película. A destacar la magistral cabeza de león realizada con billetes de banco.
Excelente puesta en escena equilibrada e inteligente con unos
efectos visuales como el estilo absurdo de la película. Se identifica por movimientos largos y amplios de cámara, lo que permite una inmersión rápida del espectador en el corazón de la historia.
Perfección de las múltiples subtramas, como ciertos delirios orsonwellianos en forma de imposibles planos secuencias tan virtuosos.
Esto es particularmente efectivo en la parte de la película que tiene lugar en las trincheras. En la apertura de la historia narrada por Albert Maillard vemos una espectacular secuencia aérea donde "un perro corre portando un documento en el que se informa de que pronto se firmará un armisticio", en la que de repente tomará una trama inesperada.
La cámara sigue al perro desde un dispositivo de vuelo no tripulado, para bajar y pasar a otro objetivo, que recorrerá la trinchera misma. Una gran exhibición inicial de manejo técnico.
Elegantemente realizada, combina mucho variopintos personajes con suma facilidad, y capta perfectamente la atmósfera de París después de la guerra (1919) con unas cuidadosas reconstrucciones. Los bellos y minuciosos decorados, el notable diseño de vestuario, la memorable puesta en escena y la rica fotografía consiguen que la película se sienta viva en todo momento.
La historia es impredecible e incluso a mitad de la película es difícil adivinar hacia dónde se dirigirá la historia, pero los protagonistas son carismáticos, los villanos son despreciables y el drama es desgarrador.
La interpretación magnificamente llevada por el argentino Nanuel Pérez Biscayart (Edouard),
que sin tener diálogo oral, tan sólo con gruñidos, gestos, y movimientos habla al espectador ante todo un reto.
Se preparó haciendo clases de swing, dibujo, y piano, para poder dar la talla extravagante y crítica con su realidad figurada de su personaje.
Lo mejor
El gran despliegue técnico de la que está enriquecida la historia.
Lo peor:
La fata de definición en un género, ya que es un batiburrillo muy personal.