Un “Walking dead” de mucho correr.
Se que es “runner”, y por tanto que van a correr, pero ¡que hagan algo más interesante que estirar las piernas, con aceleración intensiva, y repetir carrera pero cambiando el paisaje!
Y no me valen la sucesión de zombies infectos que surgen por todas partes pues, la mencionada serie ¡ya los explotó bastante!
Tampoco es muy original la devastación de la metrópolis de “El día de mañana” pues, a la vista le suenan en exceso esas ruinas esparcidas que ya aparecen en previos con hambre de juego; y tampoco se puede decir que el enfrentamiento Cruel/Brazo derecho, sinónimos poco estimulantes del mal contra el bien, sirvan mucho de invención despierta pues, para ello retrocedemos a la resistencia de “V” contra los lagartos y tenemos el mismo tipo de escape y planteamiento.
Huida para buscar cobijo y hermanos de lucha que ayuden a entender y enfrentarse al invasor, aquel que solicita el cuerpo y sangre de inocentes en busca de la panacea que les otorgue la gloria, el poder y su pertinente imperio, y por el camino tantas tribus y clanes como el guión disponga.
La parte sentimental, que siempre se espera, apenas existe ni está muy trabajada, prefieren centrarse en la velocidad de las extremidades, y sus rápidas zancas, para ponerse en forma y continuar saliendo pitando de todas partes, más disparar a mansalva para llenar con ruido el espacio atravesado.
El héroe sigue siendo valiente y honesto, más aún cuando las cosas se ponen feas y sus compañeros necesitan de su fortaleza; el malo, como siempre, con su discurso sobre el beneficio y bienestar que otorga a la humanidad entera que, aunque procede de cara atractiva con elegante traje, siempre suena a trampa ya desfasada; los oportunos, osados auxiliares y torpes caciques, entre medias y ya tenemos los ingredientes para la cena de dicha velada, algunos asistentes serán baja durante la noche, hay que ir reduciendo comensales para que el gran colofón venidero sea lo más íntimo y personal que se pueda; no te preocupes, también surgen nuevos para que el interés siga al alza.
Separar la paja del trigo para ver quién vale realmente la pena y posee el plasma inmune que tanto obsesiona y se anhela, ese regalo de la biología y la evolución que no es para todos, poder interno de los jóvenes para ser extraído y hallar la cura que salve al mundo; recital propagandístico que no se diferencia de hermanos, de diferente nombre y apellido, pero raíz similar y que cubre las necesidades medias para un entretenimiento decente y válido.
Tal vez ya estamos saturados y pasados de rosca de esta repetitiva monserga, pues hay escasez de motivación y empuje en la exposición, evolución y resolución abierta para la siguiente entrega, los personajes, sus posiciones y andanzas son comida ya probada de digestión consabida. Por tanto...,
..., no se hasta que punto molestarme en manifestar que es más de lo mismo, que si vas a beber refresco de cola, mejor elige Coca-cola, sin juego ni duda de hambre, antes que cualquier otra imitación; que hay paladares varios y a muchos gusta la segunda, sin duda alguna, mi mayor respeto para ellos ahora, que me argumenten en qué supera en sabor, testura y gozo a la referida y, a partir de ahí hablamos.
Porque la mente, cuando la visionas, no deja de traer a colación referentes que le dan mil vueltas a la susodicha, lo cual significa que, sin menospreciar el buen trabajo y veloz rodaje al centro de acción que la mueve y se espera, su por qué, su tormento previo y futuro miedo a lo que vendrá no suponen ningún susto, ninguna tensión, ni nada que no desaparezaca al minuto de dejar de verla.
Poca inspiración en esta supervivencia post apocalíptica; ¿correcta?, si ¿eficiente?, lo mínimo para pasar el rato, ¿eficiente?, ¡no quieras que te conteste!, pues este saqueo de los malvados adultos, que codician la esencia vital de los jóvenes y mancebos, vive de ritmo rápido y ¡poco más!; el recuerdo del inicial cuadernillo visionado era más atractivo, carismático y sugerente.
“¡Estoy harto de huir!”, declara por fin el adalid atleta, señal de que llega el culminante pastel final y la fiesta de disfraces ya se acaba; quitamos caretas, descubrimos quién es quién y que salga el número ganador del interior del bombo.
“Nada los detendrá, asi que ¡yo los detendré! Voy a matar a Ava Paige”, y a esperar, que esta segunda aportación no da para más y la otra aún está por venir y, es de suponer, tardará en llegar.
Acabemos lo empezado y no pensemos más, porque “ir pa’na es tontería”.
Lo mejor, cuento conocido; corre, corre y corre que sino, el lobo vendrá y te atrapará.
Lo peor, no despierta apetito.
Nota 5