Está basada en la historial real del boxeador Rubin Carter, quien pasó diecinueve años en la cárcel acusado injustamente de asesinato.
Denzel Washington tuvo que ganar 14kg de músculo para interpretar a Carter.
La película fue motivo de una gran controversia en EEUU sobre la autenticidad de los hechos mostrados en escena, con algunas críticas hechas al director Norman Jewison sobre hechos importantes que se habían quedado fuera.