Los directores han declarado que se han inspirado en su propia infancia, cuando jugaban con las linternas por la noche. Querían mostrar el miedo innato que se siente cuando uno se queda solo en el bosque y en oscuridad. También se han inspirado gracias al director Gus Vant Sant y al videojuego Resident Evil.
Lo más complicado de rodar, según los directores, ha sido grabar una secuencia en una sola toma. Es necesario una gran cantidad de creatividad y a veces la repetían unas 30 veces.