EMOTIVA Y DIVERTIDA A PARTES IGUALES
Recuerdo que el dueño de una Sala de Cine me dijo una vez: “cuando a los cines comerciales llega una película independiente, vete a verla. Seguro que por alguna razón ha llegado”. Siempre le hago caso. Con esa premisa me fui a ver esta película francesa. Nunca falla.
Dirigida por Mohamed Hamidi. Su segunda película. Intentaré buscar la primera: “Mi tierra” (2013) porque me gusta este estilo fresco e irónico a la vez. “La vaca” cuenta la historia de Fatah, un campesino de un pueblo perdido de Argelia que, año tras año, inscribe a su vaca Jacqueline en la Feria de la Agricultura de París. Esta vez, y por pesado, deciden inscribirla. Con los pocos medios que cuenta la comunidad deciden enviarlo cruzando todo Francia desde el desembarco de los dos en Marsella.
Mil avatares le suceden por el camino pero en el que, poco a poco, te vas encariñando del personaje como lo van haciendo todas las personas a las que se va cruzando en el camino. Es una historia dulce, quizás un poco empalagosa a ratos pero todo perdonable por la cantidad de situaciones que te sacan la risa de dentro.
El actor, que me parece que hace un papel soberbio es Fatsah Bouyahmed. Un desconocido en las pantallas españolas que ya había trabajado en la anterior película de Hamidi. Se nota esa complicidad con el director en la construcción del personaje. Mención especial a Jacqueline (la vaca) que me parece destacable la labor en la película. Ya dijo Alfred Hitchcock “ni con niños, ni con animales”. Pero la vaca da juego en todos los planos. Menudo trabajo se tuvieron que dar.
El resto del elenco me encantó también. Aunque los personajes, como en casi todo el cine de comedia, son estereotipos, hay que reconocer que están muy bien elegidos y dirigidos. Me parece que la conversión del personaje del cuñado, interpretado por Jamel Debbouze, me parece brillante. Recordemos que este actor ganó el premio al mejor actor en el festival de Cannes por su papel en “Indigènes” (2006) de Rachid Bouchareb y que ya lo habíamos podido ves en la aclamada “Amelié” (2001) de Jean-Pierre Jeunet y la saga de Astérix y Obélix.
El punto serio lo pone Lambert Wilson. Más de cien películas a sus espaldas le avalan. Lo hemos podido ver en “El dorado” (1988) de Carlos Saura o en “Matrix Reloaded” y ”Matrix Revolution” (2003) de los hermanos Wachowski. Seis veces nominado a los premios César (equivalentes al Goya en el cine francés). Ahí es nada.
Destacaré, también, la banda sonora quizás por gustos personales. Me gusta el lirismo mexclado con tonos árabes. Esta partitura la firma Ibrahim Maalouf.
Quizás este es el cine de evasión que más me llega. Historias con mensajes moralizadores ocultos pero que se ven fácil. Comedias que enmascaran el reflejo de la sociedad, en este caso la francesa. Me reí y bastante y me eché mis lagrimillas. ¿Qué más le puedo pedir a una película?
Valoración: PARA SALIR DEL CINE CON BUEN ÁNIMO
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