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    Mascotas
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Mascotas

    Invitación al optimismo

    por Alberto Lechuga

    Si os hablamos de Illumination Entertainment probablemente os suene a chino, pero si sacamos a colación Gru, mi villano favorito o Los Minions, es prácticamente imposible que no sepáis de que os estamos hablando: desde que Chris Meledandri dejara Fox Animation en 2007 para fundar Illumination, la compañía ha encadenado taquillazo con taquillazo a nivel global. Y sin apenas despeinarse: mediante una producción que hace hincapié en la reducción de costes y una funcionalidad fundamentada en la “inversión responsable”, los megataquillazos de Illumination son además auténticos juggernauts de la rentabilidad económica. Gru, Hop, The Lorax, Los Minions… Tanto es así que la secuela Gru 2 es ya la película más rentable de los 100 años de historia de una major del calibre de Universal Pictures.

    Como era de prever, Mascotas ha vuelto a barrer el box office, convirtiéndose en norteamérica en el debut más taquillero de la historia para una película original (entiéndase como no secuela, reboot, parte de franquicia…), quitándole el puesto, precisamente, a Del Revés, de Pixar. Unas espectaculares cifras que se han ido acrecentando con el mercado extranjero hasta ser a estas alturas, cuando todavía se estrena en muchos países, la séptima película más taquillera del estudio Universal. Todo eso partiendo una vez más de unos modestos 70 millones de dólares como presupuesto. Uno puede especular sobre el por qué del fulgurante éxito de la compañía. Podemos hablar de su espectacular profitability fundamentada en la economía creativa, su apuesta por volver a un cine de animación para toda la familia sin sucumbir al complejo Pixar… Pero, sobre todo, podemos señalar una constante en el opus de Illumination que resulta clave para entender su éxito interplanetario: la casa de Los Minions es la compañía de animación que mejor ha sabido canalizar algunas de las fórmulas de mayor éxito entre la generación de Internet. Con Gru, mi villano favorito la jugada era clara: los papeles se han revertido, el villano ocupa ahora el papel central de la ficción, y si creías que no había nada más cute que un antagonista gruñón, desgarbado y torpón con buen corazón es porque no conocías todavía a su batallón de alocados esbirros, unos minions de goma amarilla e idioma líquido prestos al golpe y el follón. Unos personajes cercanos al imaginario sticker que después amasarían billones de dólares con su propio 'spin-off' en la que, a poco que lo pensemos, podría ser la primera película protagonizada por emoticonos. Con Mascotas la atención se centra ahora en otro grupo de probado éxito en redes, quizás los precedentes analógicos de los emoticones: los animales de compañía y sus entrañables idiosincrasias, protagonistas absolutos de infinitos videos, fotos y gifs compartidos en Internet y sus redes sociales.

    "Un amor mas fuerte que las palabras… y los zapatos". Mascotas apela con elegancia a ese afecto casi irracional que sentimos hacia nuestros compañeros del reino animal, sea hacia el entusiasmo y lealtad incandescentes de los perros o a la indiferencia seductora de los mininos. Lo que podría haber sido un empacho de cucamonas resulta así una comedia fresca y con alma gracias a una excelente escritura de personajes, animados con correlativa eficacia. Jugando con ingenio con los rasgos de personalidad que asociamos a cada especie y raza, Mascotas aglutina a toda una troupe de personajes carismáticos que hacen que nos acordemos de la pandilla de juguetes de Toy Story, y no solo por los obvios paralelismos argumentales. Lo que es más, en Mascotas, el gag físico y verbal (y los hay excelentes de cada tipo) surge de la escritura y su puesta en escena, lo que supone un gran paso adelante respecto a las obras precedentes de Illumination: no hay más que recordar el morro y vagueza de la concatenación absurda de gags ortopédicos de Los Minions.

    Mascotas exuda cariño por todos sus poros, amor propio, y hacia el espectador. Con mayor o menor fortuna (los secundarios acaban robándole el protagonismo al arco de los dos perros protagonistas, floja trama que va diluyendo su interés conforme avanza), todo en Mascotas está dispuesto para el disfrute: del jazz cálido y juguetón de todo un Alexander Desplat a las estupendas voces en su versión original (háganse un favor y busquen escuchar las interpretaciones de Louis CK, Kevin Hart, Steve Coogan, Hanibal Buress, Lake Bell, Albert Brooks…). Con mención aparte para el gran festín visual del verano, una Nueva York de coloridos tonos pastel y bella verticalidad que tomando inspiración en las portadas que Sempé ilustrara para The New Yorker nos ofrece una deliciosa Gran Manzana a vista de perro.

    El pasado mes de abril nos llegó la noticia de que el grupo NBCUniversal sacaba la chequera para comprar la división de animación de DreamWorks, herida económicamente, para integrarla junto a Illumination en un nuevo gigante animado bajo la supervisión del propio Chris Meledandri. Si la eficacia económica de la operación no se pone en duda, Mascotas demuestra, al fin, que Illumination Entertainment también puede entregarnos productos de calidad: Mascotas es un comedia animada que se consume con sumo gusto.

    Lo mejor: unos personajes carismáticos en un entorno del que es imposible despegar la vista

    Lo peor: la trama carece del mimo que sí se pone en sus personajes

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