Inevitablemente, la perfección de la primera "Kingsman" hacía que fuese muy poco probable una secuela a la altura. Entonces, el director nos trajo algo diferente, ¡y que está a la altura! Veamos: ya no necesitamos saber quiénes son los personajes, esos ya los conocemos. Tampoco necesitamos saber quiénes son los "Kingsman". Ahora, debemos verlos en acción, otra vez. Eso es lo que la película promete, y, para mi gusto, cumple a cavalidad. En lo personal, me ha gustado tanto como la primera, me he reído más, me ha intrigado, y bueno, algunas cosas son predecibles (como la muerte de "Whiskey"), pero, claro, ¿qué película no lo es?
Estamos ante una verdadera internacionalización de un grupo de agentes con habilidades específicas (no como otras, que solo se desplazan de un continente a otro). Aquí, hay una nueva historia, nuevos personajes, una cultura diferente, y, sin embargo, un mismo objetivo... Bueno, es cierto que hay un villano que pone en jaque al mundo, pero lo que cuenta, es cómo se narra la historia, no tanto la originalidad (que ya es bien difícil lograr a estas alturas del partido). Si queremos originalidad, e impredecibilidad, ahí tenemos cine arte (pudiendo recomendar algunas), pero no le pidamos peras al olmo. Las actuaciones son muy buenas; los actores, formidables en sus roles. La acción es trepidante cuando se necesita, los flahsback están correctos (por si alguien no vio la primera); y la lectura, simple, directa, con un presi de EEUU con un destino que más de alguno quisiese para el verdadero, y... uff! la demonización de las drogas, un tema peliagudo, es algo que a no pocos comentadores de este espacio les dejará indiferente, y de seguro algo de eso estará detrás de la acidez de su pluma. Eso sí es predecible.
"Kingsman" es una excelente película dentro de su género, y que así sea una tercera parte, que la espero con ansias.