Clint Eastwood Sintetiza Sus Objetivos con "Sully"
La hazaña o milagro en el Hudson tuvo lugar el 15 de enero de 2009 en las extensas aguas (506 km de longitud) del rió estadounidense (patrimonio nacional) que sirve de frontera entre Nueva York y Nueva Jersey. El vuelo 1549 de US Airways (AWE1549) con destino a el Aeropuerto Internacional de Charlotte, en Charlotte (Carolina del Norte); el cual después iría al Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma, despego de la ciudad de Nueva York exactamente a las 3:11 PM hora local con 150 pasajeros y cinco tripulantes a bordo. La enorme aeronave amerizó en las gélidas aguas luego de que un grupo de barnaclas canadiense impactaran en los motores del avión. Sin ninguna relación a eventos de terrorismo, a las 4:00 PM hora local el vuelo comercial sobrenadaba cerca del Circle Line, en la que se hallaban numerosos ferris y remolcadores del NY Waterway, los cuales participaron en el rescate. La pericia del par de pilotos fue condecorada y alabada alrededor del mundo por ser "el acuatizaje más exitoso de la historia de la aeronáutica", un infortunio impedido que quedó en las cabezas mayoritariamente estadounidenses, y deifico socialmente—y con toda razón—al versado (y retirado) piloto de aviación Chesley Burnett «Sully» Sullenberger por su portento heroico y único en la historia yanqui. Era cuestión de tiempo para que un proyecto en la pantalla grande fuera estrenado en las salas de cine mundiales, el lió parecía ser si existía suficiente material para construir una narración (y homenaje) sólida para los bienaventurados sobrevivientes que le interesase al público. Pues aparentemente, así es, aunque a duras penas.
Con un presupuesto sorprendentemente mesurado, teniendo en cuenta que es la primera cinta del feroz director en ser grabada con cámaras IMAX en su totalidad y que encierra una gran responsabilidad visual, los 60 millones de dólares de producción fueron prestamente recuperados—notoriamente, los espectadores norteamericanos fueron los que dominaron la venta de boletos debido a que fue un acontecimiento que sacudió a su país profundamente y además, no es ningún secreto que el país presenta el movimiento comercial más alto en la industria—en sus primeros días en cartelera, obteniendo la friolera $26,820,803 DD en su segundo día de proyección americana. Aunque sus mayores ingresos se obtuvieron de los bolsillos yanquis, los multiplex fuera de sus fronteras proporcionaron—aún continua produciendo dinero en taquilla y hace falta adicionar las ganancias con su estreno domestico—una cifra cuantiosa ($94,000,000 DD), la cual añadida con los crecientes números americanos generan un aproximado de $218,779,510 DD, un éxito más que rotundo en recepción económica. En cuanto a película en sí, la poderosa alianza entre Aaron Eckhart & Tom Hanks, el equipo de escritores, Clint Eastwood y Warner Bros. resulta ser un homenaje sencillo y profundo para aquel denodado acto, que junto a una habitual potente actuación por sus principales actores, efectos especiales realistas y una dirección correcta la convierten en la película que retratara a través del paso de los años qué paso exactamente el 15 de enero de 2009 y en sus horas posteriores.
Basándose en el libro autobiográfico “Highest Duty: My Search for What Really Matters”, Eastwood y su equipo centran el foco más en la naturaleza del personaje que en el suceso en sí, aun así, siendo este el mayor atractivo del filme. En lugar de presentar la historia en orden cronológico, deciden emplear una narrativa anacrónica que se basa en gran medida de los prolongados y cautivantes flashbacks en capas. Si bien, narra la historia en tres periodos intercalados con la reencarnación del amerizaje, las cuales concluyen con la sofocante (y en ocasiones irrisoria) investigación por parte de la NTSB.
Tom Hanks como Sully es una prueba más del valeroso dominio que posee el veterano actor para retratar magistralmente a personas del común en situaciones extraordinarias, y precisamente eso era lo que se quería, y para bien o no, la decisión sobre prescindir de ofrecer más teatralidad al accidente y ceñirse principalmente a la psicología de los personajes dio más posibilidades a los actores para brillar.
Como comentaba, las fragmentadas (y fortuitamente reiterativas) escenas del acuatizaje son la sortija de la cinta. Proyectadas desde tres perspectivas diferentes: fuera del avión, con los pasajeros y con los pilotos, su eficacia y eficiencia entorno a la reconstrucción de los hechos son visualmente asombrosas y la calidad del CGI es casi completa. Tal vez, muchos preferirían más protagonismo en el momento, no obstante, directores como Eastwood deciden dejar de lado la efervescencia visual para enfatizar y profundizar en la vida de sus héroes: héroes y hechos trágicos siempre estarán presentes en sus películas.
La sencillez y modestia de “Sully” por Clint Eastwood afectan a la cinta comparándola con los trabajos más icónicos del director, sin embargo entrega un nivel de solvencia correcto, una actuación espectacular por parte de Tom Hanks y un emotivo, satisfactorio y fiel homenaje para la tripulación y pasajeros rescatados.