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    Nosferatu
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    10 Críticas del usuario

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    Manoli
    Manoli

    1 usuario 12 críticas Sigue sus publicaciones

    0,5
    Publicada el 27 de diciembre de 2024
    "El bigotón del infierno "
    Realmente el comienzo es ilusionante , una estética impresionante , que te hace entrar en la película pensando que vas a ver algo grande , te embauca poco a poco , y te hace sentir una atmósfera increíble . Está sensación dura unos veinte minutos siendo generosos , pasados éstos se vuelve poco a poco infumable ,lenta y calamitosa hasta puntos insospechados . Un absoluto tedio te invade hasta hacerte pensar que cada minuto que transcurre realmente ha sido una hora , la película se estanca con un ritmo lamentable que te hace desear huir a toda prisa de la sala . Hacía tiempo que no veía salir gente de una película y al menos he visto a 7 personas abandonar la proyección .
    El personaje de Nosferatu realmente terrible desde su penoso diseño y estética , pasando por cada frase que pronuncia de modo insufrible hasta su propia historia que no aporta absolutamente nada .
    De las poquísimas películas que me he arrepentido de ver .
    Lo mejor : sin dudas su estética y su atmósfera
    Lo peor : que no hayan prendido fuego al guion antes de filmarlo .
    Una Última cuestión el bigote de Nosferatu era necesario? Parece el Dr Gero de bola de Drac , tremendo .
    Johan600
    Johan600

    6.691 usuarios 675 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 28 de diciembre de 2024
    NOSFERATU ES SIN DUDA ALGUNA UNA DE LAS MEJORES PELÍCULAS DEL AÑO Y DEL GÉNERO DEL TERROR.
    UNA AUTÉNTICA OBRA MAESTRA QUE SERA TODO UN CLÁSICO.
    ME HA ENCANTADO MUCHÍSIMO PERO MUCHÍSIMO.
    ROBERT EGGERS ES DE LOS MEJORES DIRECTORES DEL GÉNERO DE LA DÉCADA. Esta pelicula te dejará sin palabras y te dejara impresionado, no ahí mucho para describirla pero os digo es pelicula maravillosa que si o si ahí que verla. Todo de esta pelicula es sencillamente hermoso, la dirección de Eggers es de las mejores de toda su carrera, el guión es muy pero muy increíble se nota que se lo han currado muy bien, el estilo visual es magistral, de los mejores que he visto en el género, la banda sonora vamos impresionante, el vestuario es completamente una locura, las escenas de terror son de las mejores del género, terroríficas, Bill Skarsgård como Nosferatu vaya actuación se marca, sin duda alguna de sus mejores actuaciones y que será una actuación para el recuerdo y las actuaciones del cast espectaculares. Lily Rose Depp es la mejor de toda la película, su actuación es maravillosa, terrorífica y inolvidable, se roba toda la película ella misma, tiene que ganar muchos premios por su actuación.
    En resumen Nosferatu cierra el 2024 a lo grande convirtiéndose en una de las mejores peliculas del año y de las mías también
    La amo infinita pero infinitamente❤️😍🧛‍♂️🩸
    Adrianrom 1977
    Adrianrom 1977

    1.357 usuarios 537 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 27 de diciembre de 2024
    Desde sus inicios en la década pasada, el director estadounidense Robert Eggers ha declarado mediante un cine oscuro y sombrío su amor y pasión por las historias paganas, historias sobre el demonio, sobre rituales o sobre conjuros. Esto lo afirman todas sus películas, desde aquel debut tan aclamado y esperanzador que fue "The Witch" en 2015 hasta la épica "The Northman" de 2021, pasando por la que yo aún considero su mejor obra "The Lighthouse" de 2019.
    Tan profundo es este amor de Eggers hacia lo lóbrego, que al cineasta no le ha costado decir desde siempre que una de sus películas favoritas en la historia del cine es la gran sinfonía al horror "Nosferatu" de Murnau.
    Por lo cual tras el gran éxito comercial de "The Northman", Eggers decide crear a lo grande su proyecto más ambicioso y sin duda el que yo creo que más ilusión le hace como director.
    Esta nueva versión por la visión de Eggers de la "Nosferatu" de Murnau, me ha creado un hype también grande durante estos dos últimos años que lleva anunciada que incluso al acercarse la fecha de estreno me esperaba una decepción enorme. Algo que por suerte no ha sido así para nada.
    Eggers logra crear una de las mejores películas sobre el Dracula e Bram Stoker que he visto en mi vida, la cual obviamente sin superar a la de Murnau logra transmitir todo su movimiento expresionista para entregarnoslo en esta época para la gran pantalla de una manera mucho más poética visualmente y artísticamente.
    Sin duda es totalmente cierto lo que dicen muchas de las primeras críticas que he leído antes de la película, casa plano que Eggers ofrece al espectador es como si fuera una obra de arte en pintura. Por lo que no hace falta que diga que la cinta artísticamente y visualmente son de lo mejor que he podido ver en los últimos años en la gran pantalla.
    Narrativamente también resulta impresionante, logrando agrandar en contenido la obra maestra de Murnau para desarrollar mucho más los acontecimientos de la misma, y sumándole diálogos se queda con un film cuarenta minutos más largo.
    El final de la película el cual no voy a develar pero quiero comentar que es indudablemente de los mejores del año, por no decir el mejor. Sobre todo gracias a esa puesta en escena que se va rindiendo durante toda la cinta para llegar a su climax en el desenlace.
    Una vez más en un largometraje de Robert Eggers las interpretaciones son alucinantes, desde el ya mítico y fetiche de Eggers Willem Dafoe hasta la nueva actriz protagonista Lily Rose Deep, destacando como sin duda la actuación más sorprendente a la de Nicholas Hoult, el cual en estos últimos años se está ganando todos mis respetos como actor.
    También me encantaría destacar el trabajo en vestuario, sobre todo en el de esta nueva caracterización del tenebroso Nosferaru interpretado por Bill Skarsgård, la cual me parece una decisión arriesgada pero perfecta para el estilo del film.
    La trama ambientada en el siglo XIX narra la historia de Hutter (Nicholas Hoult), un recién casado que a cambio del puesto de socio viaja hasta un castillo perdido en los Cárpatos para vender un inmobiliario al Conde Orlok (Bill Skarsgård).
    Robert Eggers ha creado no sólo una de las mejores películas de terror del siglo, si no que también una alabanza muy poética a la "Nosferatu" del inigualable Friedrich Wilhelm Murnau.
    Raul C
    Raul C

    74 usuarios 113 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 31 de diciembre de 2024
    Nosferatu (2024).

    "La sangre es la vida.”
    El director de la tediosa cinta “El Hombre del Norte” (2022) con Alexander Skarsgard estrena su última ocurrencia inspirada en el “Dracula de Bram Stoker” aunque con una estética más cercana al “Nosferatu” de hace un siglo.

    Robert Eggers opta en esta ocasión por Bill Skarsgard, uno de los hermanos menores de Alexander, a quien ya vimos encarnar magistralmente al payaso Pennywise en la magnífica “It” (2017).

    “¡Ya viene!"
    A pesar de las buenas interpretaciones de su protagonista y de artistas como Nicholas Hoult (en el papel que hace décadas encarnara el bueno de Keanu Reeves), Willem Dafoe o el chico de moda en Hollywood, Aaron Taylor-Johnson (que aquí hace las veces del íntimo amigo del personaje de Hoult), y a pesar también de disfrutar de una estupenda factura -si obviamos la excesiva oscuridad de su fotografía-, el largometraje de casi dos horas y cuarto de duración se hace largo y dificilmente digerible por el espectador medio. A pesar de todo, ha tenido buena acogida por parte de público y crítica.

    El drama gótico de terror ha sido rodado principalmente en (Transilvania) Rumanía y República Checa y ha gozado de un presupuesto de unos 50 millones de dólares.

    Raúl Cabral.
    Puntuación personal: 6
    Sebastián Medina
    Sebastián Medina

    1 críticas Sigue sus publicaciones

    0,5
    Publicada el 29 de diciembre de 2024
    Mal presagio de una película cuando lo más importante de la misma pasa a ser la fotografía. Tras un principio de mucha calidad, la película pierde todo su interés tras la media hora de metraje. Una pena, pero una película para olvidar.
    Nunca me he ido del cine durante una película y en ésta estuve tentado a hacerlo.
    Lo mejor: La fotografía y la actuación de Lily-Rose Melody Depp.
    Lo peor: Todo lo demás.
    Iñigo
    Iñigo

    1 críticas Sigue sus publicaciones

    0,5
    Publicada el 31 de diciembre de 2024
    No hay por donde cogerla, la película es mala a rabiar, no mala, malísima. Desde el primer minuto al ultimo. Parece una parodia de una película de terror.
    El vampiro milenario parece un muñeco de Carnaval de tienda de todo a un euro. Que bigote mas ridículo, por Dios! Te dan ganas de partirte la caja según lo ves. El doblaje y la voz del personaje es patético.
    Obito Porfin2
    Obito Porfin2

    1 críticas Sigue sus publicaciones

    1,5
    Publicada el 2 de enero de 2025
    Si tienes la oportunidad de verla, desaprovecharla, no lo vale.
    No tiene ni pies ni cabeza, sin contexto de que o por qué es.nosferatus, nisiquiera pq pasan las cosas. Horrible
    David Velazquez
    David Velazquez

    1 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 3 de enero de 2025
    Excelente, Robert Eggers nunca me decepciona, sin duda alguna su trabajo más ambicioso e increíble hasta el momento
    Demiurgo Vidda
    Demiurgo Vidda

    3 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 4 de enero de 2025
    Una película que vale la pena ver. La actuación está al nivel de la categoría de los personajes. La ambientación y fotografía, simplemente excelente.
    Dandreas
    Dandreas

    1 críticas Sigue sus publicaciones

    4,5
    Publicada el 3 de enero de 2025
    Cuando Bram Stoker escribió Drácula, no tenía ni la menor idea de que un personaje redondo y acabado como el que él había ideado dentro de su magistral novela, saldría de los libros hacia otra tecnología, y que sería otra categoría artística diferente: el cine, quien le daría a su personaje nuevas dimensiones. En este sentido; Drácula se desdobló con las obras de Friedrich Wilhelm Murnau y de Todd Browning, dividiéndose en dos seres diferentes su criatura fantástica. Mientras que el envoltorio de aristócrata refinado de la época victoriana conservaría el nombre de Drácula; la bestia que tiene más de animal que de espíritu se convertiría en Nosferatu.
    En este sentido, posiblemente Robert Eggers haya capturado con mayor acierto la figura de la bestia, que se mueve por instinto y cuya mórbida sensualidad necrófila ha atravesado no solo a Drácula, sino a toda la tradición de los relatos vampíricos; y, sin embargo, a pesar de los aciertos increíbles que tiene la cinta, falla en algunos puntos donde sus antecesoras supieron situarse de manera más atinada.
    En adelante, quien quiera seguir leyendo, que lo haga bajo su propio riesgo de que le revelen el argumento de la película, porque igual que sus predecesoras, toma rumbos propios que le dan una narrativa propia a un guion que parte, naturalmente de la obra de Stoker.
    La mayor virtud de la película, es sin duda el manejo exquisito del lenguaje cinematográfico; la riqueza de los planos es abrumadora; los recursos son usados de una manera preciosista y con un cariño al arte cinematográfico que la ponen en la cúspide de las películas más estéticamente cuidadas que uno pueda ver. La manera en cómo Eggers entendió la obra, dentro de su género literario romántico, naturalmente echa mano del romanticismo pictórico; y así, el uso de la mímesis es abundante: se puede ver en algunos momentos recreaciones riquísimas de, por ejemplo, El caminante sobre el mar de nubes, o la Abadía en el robledal de Friedrich; lo mismo que en la escena de la posada se puede ver el Aquelarre de Goya. Esto no es algo menor, puesto que el romanticismo aparece en el arte como el movimiento que busca olvidarse de lo bello y apuntar a lo sublime, siendo la consecuencia práctica del ensayo kantiano. En este sentido, hacer la película en formato IMAX es una manera de apoyarse en los recursos tecnológicos para plasmar imágenes pesadas y abrumadoras que hacen sentir diminuto al espectador y reforzar la idea de insignificancia que subyace al género. ¡La película no se debería ver en una sala convencional!
    Sin embargo, los planos no se quedan únicamente en los gran-generales, sino que la escala de planos se mueve con una solvencia pasmosa por todas las que permite el lenguaje cinematográfico; es impresionante la manera en como pasa sin problema de un primerísimo primer plano a un plano general con una panorámica para hacer un traveling en la misma secuencia y terminar en un plano detalle; o cómo realiza planos imposibles; o el uso de los planos dentro de planos dentro de planos dentro de planos; la exuberancia del manejo de la cámara es abrumadora en la película, y las composiciones simétricas, piramidales, dinámicas y áureas le dan un esteticismo exagerado y refinado que resulta prácticamente hipnótico para el espectador.
    Este uso del lenguaje cinematográfico es importantísimo en la narrativa que hace, y llena de misterio particularmente la primera mitad de la película en la que se niega a mostrar al monstruo, valiéndose de recursos como enfoques selectivos; planos a contraluz y planos detalle; hasta el momento en que Hutter (Harker) firma el contrato, y entonces, cuando se ha entregado a la bestia, la podemos ver en todo su nauseabundo esplendor. Los primeros planos abundantes le dan un peso a los rostros que recuerdan la obra de Dreyer, pero que se apoyan en una iluminación exquisita que hacen de muchos planos una combinación de la pintura de Rembrandt con el Barry Lindon de Kubrick.
    La edición de sonido es un acierto absoluto; las pisadas de Nosferatu se sienten atronadoras; como si se tratara de truenos que retumban en el castillo; enorme y exagerado; llevándonos al absoluto terror que siente Hutter por la presencia del mal con el que se entrevista. La música, como no podía ser de otra manera, es magistral y probablemente tenga el mejor score de cualquier película del género en muchísimos años.
    Y sin embargo; no puede eludir esta versión el gran pecado del cine de nuestro tiempo; que está en temerle a no ser una película entretenida; y esto hace que explore mucho más en la acción y que haga más enrevesada la trama; con pactos e invocaciones y una verdadera cacería de Orlok; y es en este punto donde, a diferencia de sus antecesoras, pierde toda brillantez, no se trata del conde trágico que presenta Herzog, ni tampoco pone énfasis en la paranoia colectiva de Murnau y de Herzog; olvidándose prácticamente de la comunidad de Wisborg, para centrarse únicamente en los protagonistas; perdiendo casi por completo el peso existencial a la obra; y notándose de sobremanera que por primera vez el realizador no es un alemán inserto en una tradición estética e intelectual desde la que contar una historia; sino un director estadounidense ajeno a estas inquietudes, sin que se le pueda quitar el infinito amor al cine que profesa en cada una de sus obras. Así, cosas como el uso de jumpscares absolutamente innecesarios en una película de Nosferatu nos devuelven a la tradición contemporánea del cine de grandes taquillas; del mismo modo que el uso de un CGI para añadirle tremendismo a una obra que por sí misma es sobrecogedora es una elección cuestionable. Y, sin embargo, los momentos en los que aún en el clímax de la película se encuentran destellos de la tradición intelectual de la obra, estos se agradecen y se disfrutan; como von Franz (van Helsing) gritando entre llamas que Dios está más allá de nuestra moral (cuestión absolutamente kierkegaardiana con la que resuelve el dilema ético de la decisión de Ellen (Mina)).
    Son estas cuestiones las que hacen que la película pierda algún lustre; y su esteticismo radical le da una nueva visión que aunque fascinante, no se pone por encima del naturalismo casi documental de la cámara en mano de Herzog que pareciera que etnografiara a los zíngaros de los Carpatos o que registrara como un explorador la geografía de las tierras aledañas al castillo. Tampoco sobrepasa las virtudes cinematográficas de un Murnau que llegó a sobreexponer la cinta para quemarla en momentos como en la llegada del carruaje, a la vez que hizo apuestas totalmente innovadoras con la paisajística con la que rechazó las escenografías de plató del expresionismo dentro del que se encuadraba.
    En este sentido; todo el perfeccionismo cinematográfico de Eggers es un alarde de un lenguaje cinematográfico propio que no puede ponerse por encima ni por debajo del que tuvieron sus antecesores; y, sin embargo, en la historia, pierde en aspectos fundamentales dentro de la obra.
    Las actuaciones son increíbles; aunque quien pone sobre sus hombros el peso de la película es Lilly-Rose Depp con magistrales manierismos que van de la melancolía a la epilepsia; mientras que los personajes masculinos; con el perdón de un brillante Bill Skarsgård, no tienen la solvencia interpretativa de Klaus Kinski o de Bruno Ganz. Si la Academia no desdeñara por defecto el cine de horror, bien podría darle a Lilly-Rose la estatuilla.
    Y que no se me malinterprete, no quiero quitarle mérito a la película; salí totalmente fascinado de la sala, y es una película que sin dudármelo me repetiría más de una vez; sin embargo, no estoy seguro que pueda hacerse un lugar en la historia del cine como sus dos antecesoras; pero eso ocurre cuando se está parado en hombros de gigantes; y si había algún director que podía encargarse de la tarea de darle una nueva vida a Nosferatu, no se me ocurre otro nombre en el cine actual distinto del de Robert Eggers; probablemente si Coppola en vez de dirigir un Drácula, hubiese dirigido un Nosferatu también se hubiese quedado corto, por lo que se trata de una propuesta increíblemente valiente, que se logró llevar a cabo de una manera técnicamente impecable; que va más allá dentro de la idea erótica del vampiro; pero que da un paso tan abrupto de la tradición cinematográfica alemana hasta el cine de Hollywood, que es imposible no sentir en ese punto una falencia dentro del concepto de la obra.
    Nosferatu de Eggers desde el primer momento hace una declaración de intensiones, y es la primera escena un punto neurálgico que explica cuál es el camino por el que se irá y cómo se divorciará de la obra de Stoker; si bien ya el cronotopo original había sido variado desde la adaptación de Murnau, añadiéndole elementos nuevos; y omitiendo otros que son fundamentales para la obra desde su perspectiva romántica. Sin embargo, en la propuesta de Eggers hace ruido el desapego de elementos como la escritura del diario de Hutter (Harker), la bitácora de los marineros del Demeter —aunque se agradece que en esta, igual que en la de Herzog, recrearan un barco idéntico al de Murnau—, o el libro que le da un zíngaro al protagonista en los Carpatos. Del mismo modo, hay un hueco narrativo, pues no muestra el plan del Conde mediante el cual se cuela en el barco con la coartada de los ataúdes llenos de tierra de cementerio, que para quien no conozca la historia de Drácula, que puede haber quien no la conozca, será un agujero en la trama.
    No por esto se puede negar que hay otros elementos narrativos con los que compensa estas falencias, y en los que Eggers llega a superar en determinados aspectos a sus predecesores; por ejemplo: en el realismo del barco encallado que libera a las ratas en la orilla; mucho más creíble que el barco fantasma que llega por su propia cuenta al muelle de manera ordenada en los anteriores filmes ―si bien, en esto se extraña al capitán amarrándose al timón con un guiño a la Epopeya Homérica―; la decadencia gradual de Knock (Renfield) también es mucho más creíble; y el abandonar completamente el guion de Murnau le permite a Eggers desarrollarse con naturalidad dentro de la historia que quiere contar.
    A pesar de estas limitaciones, la cinta sigue siendo un testimonio del amor de Eggers por el cine, con actuaciones memorables y una dirección que sabe cómo capturar lo sublime en cada fotograma. Nosferatu no destrona a sus antecesoras, pero no necesita hacerlo: su grandeza radica en ofrecer una reinterpretación que dialoga con el pasado mientras forja su propia identidad. Es un filme que merece ser revisitado y discutido, no solo como una reinvención del mito, sino como un intento valiente de equilibrar el cine de autor con las expectativas del cine contemporáneo.
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