La celopatia llevada a otro nivel: ¿patologia o afecto exagerado?
Los griegos recopilan la abstracción del amor en cuatro apropiadas ramas, las cuales contienen las layas del afecto que puede entregar un ser empírico: EROS (esencia sexual y principal propensión del cine romántico-erótico actual, el cual inclina el proyectar un amor verdadero por medio de interrupciones abruptamente lascivas), STORGÉ (vinculado a lo filial y la perpetuidad), PHILIA (concordia, hermandad y aprecio hacia el prójimo) y ÁGAPE (el más puro, casto y leal). No cabe duda de que los celos y el amor están íntimamente vinculados al ser que ama. Los celos en adecuadas proporciones son salutíferos e inclusive románticos, no obstante, cuando estos rebozan los confines de lo franqueable pueden desembocar en enfermizos y perniciosos desencadenantes de un inhumano Gólgota. Los celos y el amor conservan una de las relaciones más complejas, analizadas, multidimensionales, amorfas y peor abordadas en la extensión de sus variables dentro de la cinematografía moderna: materno-filiales, paterno-filiales, maritales, noviazgos, traiciones, triángulos amorosos, fútiles, pasajeros, fatuos, entre hermanos, entre compañeros de trabajo, entre adultos mayores, entre seres del mismo género, incluso hasta entre seres inanimados. “Unforgettable”, de la productora devenida en realizadora Denise Di Novi, es la más reciente producción en sumarse al vademécum de los largometrajes románticos vacuos, obcecados, implausibles y – pese a que su guionista y directora son féminas- contradictoriamente misóginos del siglo XXI.
Julia (Rosario Dawson), una exitosa y acomedida empresaria, se está recuperando de un tortuoso amorío inundado de violencia, ultrajes y desmanes. Ahora, ha conocido a David (Geoff Stults), con quien se mudara a Malibu con el fin de renacer y reponerse del todo de las cicatrices generadas por su anterior abusador pretendiente. Sin embargo, la ex esposa de David, Tessa (Katherine Heigl), reside junto a su hija pequeña en la misma localidad, en donde los roces y encaramientos serán ineludibles. Julia pondrá la más óptima actitud para lidiar con las megalómanas y perfeccionistas conductas de la maja mujer, no obstante, en el instante en que Tessa escucha que su amado contraerá matrimonio con su contrincante latina, la locura tomara forma de rubia empedernida con poca mesura e insaciable apetito de venganza.
Nadie pensaría que la violencia de genero sería uno de los componentes en una producción audiovisual acaudillada por mujeres, aunque este sea una aparente minucia de fondo y sirva como paradigma de evolución, y aún menos verosímil es que la guionista, la cineasta y el compendio de actrices accedieran colaborar en la historia de dos mujeres que luchan por la bienquerencia de un hombre. ¿Contribuirá esto en algo para demostrar que el sexo femenil puede declararse libre del yugo del machismo? Por supuesto que no, y es ahí en donde la avidez por entrenamiento ligero y claramente hueco mana.
Di Novi y su escritora Christina Hodson hacen gala de su impericia dentro del campo de los thrillers románticos con un lioso surtido de palabras y determinaciones que descaminan la historia, llegando incluso a acariciar la inopia narrativa. Hace tiempo no veía giros y cliffhangers tan gratuitos dentro de una atmosfera real, se supone que es una fábula dramática de amor, no un balancín de estúpida venganza con la progenitora de la antagonista como signo de redención. Amén de ocultar nos lo que ya de antemano intuimos que pasa detrás del hilo narrativo exhibido, intentando construir un punto de suspense e intriga con el que seguir el relato, asignan a cada cuadro, en un principio, un timing e interés de edición que se encuentra por los suelos, para posterior, otorgarle un chick videoclipsero que acentúa, escalonadamente, la atrofia expositiva.
Dawson es la que mejor librada sale de esta congestión libidinosa, retratando a la mujer que bien puede encarnar a la víctima o victimaria. Heigl demuestra un registro alto en las situaciones de tensión y en circunstancias en donde la cordura brilla por su ausencia, dejando como resultado una dupla femenina que es lo único que sobresale. “Unforgettable”, simplemente, dilapida el limitado potencial que conservaba; pensé que entregaría un largometraje muchísimo mejor construido, sin embargo, me topé con un charco residual de ideas y motivos fuertes. La típica y penosa producción Hollywoodense que se lucra de un soundtrack contemporáneo, una fotografía moderna y un presunto recado sufragista para conectar con los más ingenuos/ignorantes que aún confían en presenciar una ruptura absoluta de los hitos del amor dentro del cine.