Hablar de Ernst Lubitsch es nombrar a uno de mis maestros. Sus forma de implementar los guiones ha sido parte de mis estudios en busca de ese "toque Lubitsh". No olvidemos que su mas aventajado discípulo, Billy Wilder, está considerado como uno de los mejores guionistas de la historia del cine. Y, para mi, el guión de Enrst "To be or not to be" (1942) es el mejor guión que he podido ver en pantalla.
Esto me llevó a la sala de cine a ver esta adaptación de su película "Remordimientos" (1932) de su etapa en la que pasó de cine mudo al sonoro y se nota en el histrionismo exagerado de las interpretaciones. Reconozco no haberla visto antes de ver "Frantz" pero sí que la busque para verlas y comparar.
Este film cuenta la historia de un soldado francés que, durante la II Guerra Mundial", mata a un soldado alemán lo que le produce tal remordimiento que decide buscar a su familia para pedirles disculpas por tan atroz acción. La diferencia esencia que encontré entre las dos películas es el enfoque de los personajes. En la de Lubicht todo giraba en torno a un atormentado soldado mientras que en la de Ozon es la familia y, sobre todo, la novia-viuda del soldado alemán la que acapara la trama principal.
¿Un drama origina que se convierte en una película de amor?. Demasiado tramposo. Está claro que en esta nueva revisión ha primado su aspecto comercial de intentar arrastras al público femenino a las salas. No creo que, hoy en día, con la trama original se consiguiera un efecto de taquilla como el que se ha conseguido. Lejos del tormento que nos plantea la versión original, ahora tenemos una historia de amor que detona a partir de ese tormento.
Pero me gustó ver de nuevo una película de Françoise Ozon. En mi colección persona figuran títulos suyos como "8 Mujeres" (2002) que me sirvió de inspiración para escribir un libreto para teatro musical (que nunca terminé pero que no descarto hacerlo) y "En la casa" un drama de un niño inadaptado que quiere escribir. En esta cinta me confirma que es un autor que hay que tener siempre en cuenta. Sus relatos tienen un ritmo adecuado y te atrapan. Basa sus historias en conceptos como los giros inesperados y las tramas con fuerza dramática y eso hace que te enganches a la historia. A mi, "Frantz" me inquietó durante toda la película aunque fuera tan distante narrativamente de la que hizo Lubitsch.
Valorar también a los dos actores protagonistas. Pierre Niney, soberbio, ha estado nominado a los premios César de la Academia Francesa que ya ganó con anterioridad por su papel de Yves Saint Laurent. Su compañera de viaje, en este caso Paula Beer, me enamoro. También estuvo nominada a los Cesars y gano, por este papel el premio a la mejor actriz joven el el festival de Venecia. Dos valores jóvenes de la cinematografía francesa que pronto veremos dar el salto a Hollywood. Al tiempo.
Una buena película, dotada de un lirismo que atrapa. Cine que hay que ver de vez en cuando para ver que con la buena elección de los planos y los movimientos de cámara, se pueden generar sentimientos y sensaciones y que, con un buen guión, podemos llenar las salas de cine. Y el juego de hacer la película en blanco y negro la dota de ese homenaje al maestro Lubitsch. La interpretación de la causa por la que algunas secuencias se tornan en color la dejo a la interpretación del espectador. Yo tengo mi versión y que va en relación a el estado anímico de uno de los personajes. Hasta ahí puedo leer.
La tarde que quieran ver una buena película, que no pretende más que entretener pero lo hace con creces pueden ver esta historia de amores a partir de las frustraciones personales.