El documental nos sitúa justo después del terrible naufragio del 3 de octubre de 2013, que volvió a poner a la isla griega de Lampedusa en el foco mediático. Desde hace veinte años, este lugar vive el drama de la migración y de los continuos hundimientos que se han cobrado millares de vidas.
Tras la destrucción de su antiguo transbordador en un incendio, la isla está incomunicada, dejando a sus habitantes aislados. A medida que las reservas de comida disminuyen, las discusiones afloran y la pequeña comunidad debe tomar importantes decisiones.
En su ópera prima, Jakob Brossman (Tagwerk) narra el conflicto de los refugiados, poniendo en tela de juicio la labor de los medios de comunicación, así como el papel de Europa en este problema tan acuciante.