Louisa Gould acoge a un prisionero de guerra ruso fugado y lo esconde durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial en la isla de Jersey. La tensión aumenta a medida que se hace evidente que Churchill no se arriesgará a un asalto para reconquistar el lugar, y el espíritu de la comunidad isleña comienza a deshacerse bajo las presiones del hambre, la ocupación y la lealtad dividida. Con este telón de fondo, la protagonista lucha por preservar el sentido de humanidad de su familia y por proteger al niño ruso como si fuera suyo.