Crítica de SensaCine.com para El Expreso de Medianoche: Guía del sistema penitenciario turco

Al volver de un viaje turístico por Estambul, el estudiante estadounidense Billy Hayes intentó sacar de Turquía dos kilos de hachis pegado al torso, pero fue descubierto y detenido en el aeropuerto sin poder escapar del país. Eso le llevó a pasar varios años encerrado en distintas prisiones turcas, a fugarse cinco años después, escribir el relato autobiográfico de su experiencia, que Oliver Stone lo adaptara en un guión para el cine y Alan Parker terminara dirigiéndolo consiguiendo así una de las películas de fuga carcelaria más famosas.

También fue una de las primeras en poner el acento en los aspectos más terribles y atroces de la estancia en prisión, aprovechando que se trataba de cárceles turcas y no había riesgo de desprestigiar al sistema penitenciario norteamericano. Aunque el relato puramente genérico de superación y ansias de libertad es modélico y fiel al canon, la voluntad sensacionalista de Stone y Parker les llevó a modificar el libro de memorias de Hayes para añadir las cacareadas escenas de maltrato y violación por las que finalmente la película ha sido recordada. Anécdota epatante que no debería empañar la valía de un relato carcelario ejemplar.

A favor: La sintética banda sonora de Giorgio Moroder.

En contra: El negativo y caricaturesco retrato de todos los personajes turcos.