Crítica de SensaCine.com para Cosas de la edad: Contra la dictadura de la imagen

En Quiéreme si te atreves (2003) la pareja formada por Guillaume Canet y Marion Cotillard nos enseñaron la buena química que estilan en pantalla, y en tanto que tándem creativo han repetido en diversas ocasiones, aunque casi siempre en cintas dirigidas por Canet (Pequeñas mentiras sin importancia, Lazos de sangre). Una nueva colaboración, por tanto, era de esperar, pero es toda una sorpresa que se hayan lanzado a protagonizar una comedia como Cosas de la edad, autoficción paródica e iconoclasta que detrás de las bromas y los chascarrillos esconde una nada velada crítica a la dictadura de la imagen que se sufre cuando tu fuerza de trabajo profesional está basada en el físico. 

Porque pasar por la crisis de los 40 cuando eres uno de los actores y directores más reconocidos de Francia y tu esposa, una de las actrices con más pedigrí del mundo, no debe de ser fácil, máxime cuando tu figura pública (y privada) está sometida al escrutinio constante. Esas flaquezas hacen mella en el Canet protagonista de Cosas de la edad y son el punto de partida de un viaje de transformación que llega todo lo lejos que se puede esperar, porque el actor convierte esa vulnerabilidad en un carrusel de tonterías, a cuál más ridícula. El poco miedo a parecer estúpida, por otra parte, hace de esta incursión en las debilidades masculinas un retrato divertido a la par que honesto, e incluso cuando se sitúa en espacios más frívolos sabe encontrar los resortes adecuados para hacer que del chiste broten risas ácidas. 

A favor: El estupendo cameo de Johnny Halliday, su último papel en el cine. 

En contra: Hay escenas dilatadas, y en ocasiones Canet no sabe frenar sus giros grotescos.