Un joven llamado Rafael acaba de ser asesinado en medio de la calle y justo frente a la Jefatura de Policía de Barcelona. Debido a estas circunstancias, el crimen adquiere un gran eco mediático, que acaba presionando a las autoridades para que se den prisa con sus investigaciones y hallen al culpable. Los encargados de cumplir tal misión son Miguel y Marcial, dos agentes de la Brigada Criminal que no tardan en hallar una valiosa prueba en la habitación del muerto. Se trata de un ejemplar de La Vanguardia donde aparece subrayado un anuncio que busca un experto en productos químicos para que se ponga en contacto con ellos recurriendo al apartado de Correos 1001.