Una gran película, cuyo desarrollo no responde a la expectativa que presenta al principio, constituyendo un alegato en contra del expolio que sufrieron los indígenas del territorio de los Estados Unidos, complementado por una narrativa que habla de la dureza de un tiempo no tan lejano en la historia y que realiza un hábil ejercicio para huir de los estereotipos, a veces compactos y estancos que separan buenos y malos.
La película tiene un metraje más largo del habitual y una narración pausada, aunque a quiénes gusten de este género, no les supondrá un problema. La fotografía nos regala momentos y paisajes que ayudan a reforzar la narrativa, ayudando a dar consistencia a la historia.
Como punto desfavorable, yo señalaría
la transición extremadamente rápida que realizan algunos personajes, especialmente el interpretado por Rosamund Pike, que pasa de un shock demoledor a un estado de serenidad y aceptación.
No obstante, la considero una gran película, que aporta una visión equilibrada de un acontecimiento histórico y que además aporta algunas enseñanzas acerca del comportamiento y las relaciones humanos, que merece la pena tener presentes.