Puede que Thanos (Josh Brolin), así como el padre de Peter Quill (Chris Pratt), Ego (Kurt Russel), sean ya historia, pero la horrible huella que han dejado tras de sí aún se palpa en el seno de los Guardianes de la Galaxia. Para reparar el gigantesco daño que el primero ha causado en el Universo, se crea un nuevo santuario. Tras comprar su local al Coleccionista (Benicio del Toro), en adelante dicho lugar se considerará un lugar de paz para todos los seres vivos.
Sin embargo, los Guardianes no tienen ni idea de la existencia de la vengativa Suma Sacerdotisa: Ayesha (Elizabeth Debicki), su creación Adam Warlock (Will Poulter) o el poderoso Alto Evolucionador (Chukwudi Iwuji). Cuando un día la paz se ve alterada, primero tienen que averiguar quién es amigo y quién enemigo. Una vez más, Star-Lord, Groot (voz de Vin Diesel) y compañía tienen mucho trabajo por delante para mantener la paz. Además, para su sorpresa hay un miembro al que todos creían muerta y está de vuelta: Gamora (Zoe Saldana).
Última entrega de la trilogía Guardianes de la Galaxia, que forma a su vez parte de la Fase 4 de Marvel. Tras las cámaras volvemos a encontrar al director James Gunn.
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