"Train to Busan" es un sorprendente y entretenido film de zombies, que ha llegado a la categoría de fenómeno mundial de éxito de crítica y taquilla. Sok-woo es un arrogante gestor de fondos de Seúl que acepta reacio llevar a su pequeña hija Soo-ahn a ver a su madre a Busan. Para ello, abordarán un moderno tren el cual en última instancia será abordado por un zombie, que contagiará paulatinamente a los pasajeros del tren. A medida que se acercan a Busan, los pasajeros se enterarán que el fenómeno se debe un misterioso brote viral que tiene al país en estado de emergencia. Un acertado análisis psicológico de la naturaleza humana en momentos de desesperación y destrucción, como supone un extraño brote viral que convierte a los ciudadanos de Seúl y paulatinamente de Corea del Sur en abominables seres sedientos de sangre y carne. El éxito del film, claramente, descansará en un gran guión que combina de forma bastante eficaz elementos narrativos de varios géneros, como el drama, la acción, el terror e incluso el horror. Un guión que destacará por sobre la “horda” de películas de zombies con que nos han bombardeado últimamente, muchas de ellas de cuestiona calidad y pocas de ellas realmente enfocadas en exponer desde un punto de vista dramático y humano un eventual apocalipsis zombi e. Honestamente, no tiene un inicio demasiado prometedor, pero sí pragmático para señalar que un fenómeno viral se está dando en un sector industrial controlado por el Gobierno, y más cuando surge de la nada un ciervo zombie que resulta atropellado por un camión.
Probablemente, éste es el único defecto que se le puede encontrar al film, ya que esta escena introductoria, a parte de demasiado inverosímil, parece estar desconectada con el resto de la trama, que se contextualizará primero en la difícil relación que Seok-woo, un pedante gestor de fondos tiene con su pequeña hija Soo-an, y luego con la amenaza zombie en el tren expreso. Un hombre demasiado ocupado por su trabajo, de buena situación económica por cierto, que atraviesa un momento además muy tenso por su divorcio, que no muestra mucha empatía y conexión con su hija, que no tiene tiempo para acompañarla en un evento escolar, que olvida haber entregado el mismo regalo sólo un par de meses antes, que no tiene ganas de llevar a su hija a ver a su madre a una ciudad que está a una hora en tren expreso. Su perfil laboral parece también ser personal, ya no tiene empatía con nadie, mostrándose arrogante, egoísta y muy individualista con su entorno. Su pequeña hija, en todo caso, parecer ser todo lo contrario: amable, empática, aunque resignada al carácter de su padre, con quien ya sabemos vive. Pero no nos engañemos, tampoco el guión gira absolutamente en torno a esta relación complicada entre Seok-woo y Soo-an, y prueba de ello es la presentación de personajes comunes y corrientes, inmersos en una cotidianidad que por momentos conmueve. Aquí no hay personajes importantes, como algún político o militar de alta preparación involucrado en esta terrorífica experiencia, que por supuesto supongan un final tan inverosímil como feliz. Es el caso de personajes como el duro obrero y su esposa embarazada, Sang-Hwa y Seong-kyeong, las hermanas ancias In-gil y Jong-gil, un equipo de béisbol de una escuela secundaria, y un vagabundo que logra abordar a la mala el tren.
El personaje del rico egoísta Yong-suk parece un tanto inverosímil que esté en el tren, por ser el Jefe de Estación de Busan, pero complementa la variopinta fauna de personajes que abordan el tren. Todos, al fin de cuentas, personas normales, con problemas cotidianos y actitudes y conductas mundanas. En el momento en que sube a bordo una mujer ya mordida, se cierran las puertas del tren y ésta ataca al administrador y a una asistente, el film tomará un ritmo del que nunca más se ralentizará, al principio con una tensión contenida que luego irá en aumento a medida que los pasajeros se van convirtiendo en zombies y obligan a los pocos supervivientes a huir e intentar mantenerse a salvo. Y ése es un gran mérito, porque siendo un escenario limitado el del tren expreso, Sang-Ho logra construir momentos de acción sólidos y ascendentemente interesante, cual montaña rusa, que mantendrán al espectador sentado y atento a qué va a suceder. Conforme avanza la trama, podremos ver una evolución en la perspectiva psicológica de algunos personajes, pudiendo ser ésta también una involución respecto a los valores básicos de la ética. Así, aquellos que se mostraron egoístas y arrogantes suavizarán sus conductas hacia la solidaridad y el sacrificio producto de la horrible experiencia, pero también otros radicalizarán sus cuestionables posturas priorizando su propio pellejo, sin escrúpulos. Puede que resulte un poco predecible hacia donde se direccionará el cambio de conducta en algunos casos, pero también es cierto que se requiere mostrar cómo las personas actúan en casos de extrema desesperación y peligro.
Las actuaciones resultan correctas y convincentes, comenzando con Gong Yoo como Seok-woo, el gestor de fondos, y Kim Soo-ahn encarnando a Soo-ahn, su hija. Ambos hacen unas interpretaciones bastante notables. Ma Dong-seok encarna al valiente y rudo Sang-hwa, padre de familia que espera su primer hijo con Seong-kyeong, interpretada por Jung Yu-mi. Y Kim Eui-sung, como el inescrupuloso Young-suk, Jefe de Estación. Woo-sik Choi encarna a Young-guk. Y Ahn So-hee como Jin Hee entre otros.
En definitiva, una película entretenida y dinámica, que aborda el comportamiento humano en la cotidianidad y en situaciones extremas sin dejar de lado la acción y el terror más efectivo. Gratísima sorpresa entre tanto producto desechable que el subgénero ha traído últimamente. Una delicia para los amantes de este tipo de cine. Nunca hubiera imaginado que un trayecto en tren pudiera dar para tanto. Adrenalina, ritmo, brillantez técnica y personajes con mucha personalidad hacen de este film coreano una joya del género.