Película usa del 2017, de una duración de 90 minutos, con una valoración de 3/10, bajo dirección de José Swanberg y guión de Jake Jhonson, con presupuesto de 9 millones. Comedia de apostador, Indie.
No es la típica película sobre apostadores, aunque de entrada lo parece. Y no lo es porque Joe Swanberg no es un realizador típico ni trabaja usualmente sobre formatos clásicos. Es decir: los toma como punto de partida pero luego los altera, los modifica, los lleva por caminos novedosos pero que, a la vez, son completamente naturales y orgánicos. El realizador de DRINKING BUDDIES, cuya carrera se hizo mayormente dentro de ese subgénero llamado mumblecore hoy parte de ese estilo realista y cotidiano para afrontar una película que podría ser de género… pero a su manera. Swanberg es, en cierto modo, su propio género.
TODO O NADA es la historia de Eddie –interpretado por Jake Johnson, colaborador en varios filmes de Swanberg y acá también guionista–, un jugador de poker de Chicago que está intentando dejar las apuestas para reordenar su vida. Pero un día recibe la mejor/peor noticia que alguien en su situación puede recibir: un gángster que ha sido condenado a seis meses de prisión le pide que le guarde un bolso con una enorme cantidad de dinero hasta que regrese. Y solo por hacer eso podrá quedarse con 10 mil dólares. Pero la tentación llama y Eddie no puede evitar sacar algo de dinero de ese bolso para irse A apostarlo en juegos de azar.
En paralelo, Eddie está tratando de rearmar su vida. Conoce a una chica latina llamada Eva (encarnada por Aislinn Derbez), con la que inicia una tímida relación, y empieza a concurrir a reuniones de jugadores anónimos, llevado por su mejor amigo. Pero el dinero a mano lo lleva a meterse en más problemas y no le queda otra que conseguir un trabajo cortando césped para tratar de recuperar la plata que usó de su amigo preso. Cuando las cosas parecen encaminarse, sorpresivamente se vuelven a complicar. Y a Eddie no le quedan muchas más opciones que tomar decisiones cada vez más arriesgadas. Jugar con fuego, que le dicen.
diferencia de muchas películas sobre jugadores, TODO O NADA no transforma las peripecias de Eddie en material de alto drama. Si bien uno imagina las posibles conusecuencias que puede tener para él haber usado el dinero que le pidieron que cuidara, el tono del filme siempre está más cerca de la comedia. Como en otras películas del realizador de ALL THE LIGHTS IN THE SKY, lo que más importa aquí es conocer a los personajes y observar las relaciones que generan entre ellos. Y el mundo de las apuestas no es más que la forma que el guión tiene de tensar las cuerdas entre todos ellos. Eddie, Eva, su hermano (que es su jefe en el trabajo), su amigo de Jugadores Anónimos y otros divertidos personajes secundarios atraviesan con él estas complicaciones que siempre parecen más dramáticas de lo que finalmente son.
El juego tendrá un papel fundamental (a lo largo de la película se nos muestra con enormes números la deuda que va acumulando Eddie), pero a diferencia de muchas películas sobre apostadores, no tendrá la habitual moraleja aleccionadora respecto a los habitués del juego. Al contrario. En TODO O NADA, Swanberg usa las apuestas con dinero casi como metáfora de los riesgos que hay que tomar en la vida y en el amor. Y a la conclusión que llega es que, a veces, para ganar, no hay otra opción que arriesgarse a ganarlo o a perderlo todo.