Últimas opiniones : La monja - Página 4

Lamentablemente, no me gustó. Esperaba mucho de "La Monja"pero no logró llamar mí atención en ningún momento.
Soy fanática de las pelis de terror,pero esta no me atrapó nunca.

Interpretaciones correctas al igual que la ambientación, con una iluminación destacable y algún buen efecto puntual pero sin nada nuevo que aportar al género con sustos bastante predecibles. Se queda en entretenida.

Un argumento agarrado de los pelos pero fácil de entender. La invocación del demonio en esa iglesia durante la antigüedad y la apertura de un portal que hay que volver a cerrar. El resto son algunos buenos sobresaltos durante la estadía en el lugar, imágenes bastante lúgubres ofreciendo un clima de tensión constante, música tétrica y una conexión final con "El conjuro 1" que explican las visiones de Lorraine. No logra ni de cerca la excelencia de sus antecesoras pero te hace pasar un buen rato de sustos. Cumple con su objetivo.

Con respecto a la ambientación le falto potencial en algunas las escenas de terror y que tengan menos suspenso, pero me gusto como entrelazaron la historia de "La monja" con "el conjuro".

no está mal, pero tenía más expectativas la verdad. Da sustos, si, pero no está tan bien como la pintan en el trailer. Hay que decir que la trama es buena pero podría mejorar en varios sentidos; el final me rayo un monton, espero una segunda parte.

Está buena, pero no ése tipo d pelis q t tienen todo el tiempo con miedo... Si misterio, pero no tiene ése toque d terror constante...

“The Nun” es un gato negro para el casi inmaculado universo de James Wan.
¿Inseguro de que James Wan sea el maestro del horror de gran estudio del siglo XXI? He aquí una razón más— a estas alturas, innecesaria. —
Como todos, empezó en el cine independiente, como pocos, ha terminado sentándose en los tronos más prestigiosos de Hollywood con proyectos que se optimizan conforme el tiempo corre. Desde su debut como director, cada una de sus propuestas para el mundo del celuloide ha resonado fuerte ya sea durante o después de su estreno, prueba de ello son sus primeras creaciones que, actualmente, forman parte indiscutible del resurgimiento del género (“Stygian,” “Saw,” y “Dead Silence”).
Todo pintaba bastante bien para el también productor y guionista, hasta abril de 2011. Uniendo fuerzas con su ahora inseparable compañero de escritura Leigh Whannell, este siniestro episodio de casa embrujada estelarizado por Rose Byrne y Patrick Wilson fue el impulso definitivo hacia el estrellato para Wan. Fue grande, pero lo que estaba por venir era mayor. Tiempo después, Warner Bros. y New Line Cinema le abrían las puertas al director para quedarse a causa de un filme vintage de horror mainstream basado en los casos del matrimonio de investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren que se grabó instantáneamente en los anales del terror contemporáneo.
En aquel entonces, a nadie se le pasaba por la cabeza que de tremendo éxito tanto en taquilla como en crítica, en esa época de sagas y franquicias, un nuevo universo cinemático estaba por nacer. En forma de spin-off/precuela, “Annabelle” aterrizaba en los cines con dividendos impresionantes pero críticas horríficas. Tres años después, Wan retribuyó a el mundo que lo transportó a la gloria y dirigió la tercera entrada en la franquicia; poniendo en primera plana un caso nuevo de posesión y eventos paranormales que aterró a los Hodgson en Enfield, Inglaterra; sin embargo, la gran diferencia residió en la libertad creativa sobre los hechos, es decir, Wan y su equipo de escritores crearon contenido ajeno a lo sucedió atrás en 1977.
Entre susodichas propiedades intelectuales está la antagonista principal, Valak, personaje completamente agregado en los reshoots. Valac es una ser de aspecto angelical, un niño con alas que monta un dragón de dos cabezas, un demonio imponente a cargo de 38 legiones de demonios menores. Presentado como una representación noventera de Marilyn Manson, dentro del filme adopta una figura mucho más macabra y pavorosa para el espectador, la de una religiosa, una modificación justificable al conocer que esta fuerza demoniaca varía de forma con tal de engañar a sus víctimas. Observando el alarmante efecto que causaba sobre la audiencia en cuanto entraba en escena, los grandes mandos de Warner Bros. dieron de inmediato luz verde el estreno de dos spin-offs que afianzan a esta franquicia de horror como un verdadero universo cinematográfico interconectado entre sí: Valak sería el primero; The Crooked Man, el ser creado por CGI, será el segundo.
De este modo, intentando emular el golpe maestro que perpetuó el filme de horror clasificado R más taquillero de la historia, “The Nun” llega a las pantallas del mundo entero en septiembre, un codiciado mes que, una vez más, ha trabajado de manera maravillosa para la compañía. Lejos de alcanzar la mastodóntica recaudación del “It” de Andy Muschietti, el segundo spin-off/precuela ha sido la cinta de mayor recepción económica de la franquicia creada por James Wan, quien nuevamente regresa como productor y escritor, cediendo así el timón a un no muy experimentado realizador; una decisión que, al igual que “Annabelle” de John R. Leonetti, despedazó gran parte del contenido que en pantalla hubiera sido totalmente diferente de haber sido dirigido por un cineasta con mejor control narrativo. No vale afirmar lo mismo con la precuela del año pasado, ”Annabelle: Creation,” pues el sueco David Sandberg tenía ya una buena y jugosa experiencia dirigiendo para el mismo estudio “Lights Out,” largometraje que nació del homónimo cortometraje de su autoría.
Hasta hace solo unos años conocido por sus cortos, Corin Hardy realizó su primer largometraje en 2015 con “The Hallow,” filme de terror que convenció a unos pocos por medio de la llamativa imaginería y la cargada aura conjurada por la fotografía de Martijn van Broekhuizen. Siendo artista visual, tal parece que lo suyo es la creación de atmosferas sofocantes, ambientes que expelen incomodidad, cuadros que respiran perversión. Ambientada en una abadía de Romania en 1952, la locación principal—exteriores recreados por C.G.I., interiores construidos en producción —era un mundo abierto para aterrorizar, por lo menos, en cuestión de atmosfera. Los asfixiantes pasillos, las oscuras habitaciones y los alrededores de la iglesia plagados por cruces y un frondoso bosque son herramientas claves que usa para concebir un ambiente de pesadez que a medida que la historia se despliega fortalece la sensación de inseguridad y pavor.
En contraposición a su bien lograda atmosfera, el gótico proveniente de los interiores del monasterio hace de las imágenes un mosaico ensombrecido salido de las producciones de la gran Hammer. Intentando ofrecer escenarios nunca vistos dentro del vintange prominente en la franquicia, la cinematografía de Maxime Alexandre (“The Hills Have Eyes” de 2006) escatima esfuerzos entregando escenas de menguado poderío visual, diseños de producción que resultan evocativos y, a la vez, aterradores. Mejores películas han sacado gran provecho del periodo, desplegando una imaginería tan única como brutal (“The Others,” “Crimson Peak” e incluso “The Woman in Black”). Apoyándose en demasía en juegos con la luz y el sonido, son pocos los encuadres arrolladores. Necesitaba más tomas como esa cenital de las monjas rogando por sus vidas.
Hardy, dándolo todo por estar a la altura y homenajear a las historias previas, termina emulando desenfrenadamente varias de las técnicas y trucos no solo de ambos capítulos del “Conjuring” e “Insidious” sino también del “Lighst Out” de Sandberg. Parte importante que hizo triunfar a la línea central de filmes fue la pericia para aterrorizar incluso al más valiente, una mezcla perturbadoramente efectiva de atmosfera, construcción de tensión de pulso quirúrgico, manejo diestro de cámara, empleo de memorables props y un acompañamiento musical que remata el efecto. Aquí, son varios los mecanismos que el director pide prestados, deteriorando considerablemente la opresiva atmosfera. Escapularios quebrados, crucifijos de cabeza, sombras movedizas, demonios que aparecen y desaparecen a conveniencia, engaños con la oscuridad inspirados en la ya imborrable secuencia de “hay alguien detrás de la puerta,” niños siniestros que corretean, millones pero millones de demoniacas religiosas— de verdad, es impresionante la cantidad —y un sinfín más de préstamos y tópicos que agregan poco a este especial universo. Sin duda, lo más desilusionante e insultante es la artificial girándula de jump-scares en la que Hardy ha convertido esta fogosa oportunidad. “The Nun” es una deficiente y superficial sucesión de sobresaltos que la sitúan como la peor de la franquicia entera.
Solo hay dos secuencias magistrales: la primera tiene lugar en el primer acto del filme e involucra al padre Burke, unas campanas y un cementerio; la segunda, la ya mencionada toma cenital del tercer acto. Más allá de DC y Marvel, para muchos— incluido fervientemente su servidor —este es su universo predilecto y es triste e indignante ver cómo, sino se le entrega el tratamiento adecuado, podría estar mutando en una serie de insulsos filmes de los estrenados en enero y febrero; mas allá de una decepción, es una gran alarma para nosotros los fanáticos.
El “horror factor” jugó parte en el éxito; sin embargo, la verdadera razón fue el excelente diseño de personajes, ellos nos preocupaban, nos involucrábamos en sus vidas, en sus sufrimientos. Principalmente, los protagonistas son una familia inocente— “Creation” es una excepción, — en este spin-off, lo son una novicia, un cura del Vaticano y un carismático hombre francés-canadiense. Pese a que los tres entregan buenas interpretaciones, los insustanciales personajes y las estereotipadas situaciones no llegan a despertar una conexión solida con la audiencia.
Abel Korzeniowski compone una banda sonora acorde tanto al género, a la época y a la espectacular atmosfera. Son composiciones ambientales opresivas, nutridas de suspenso e incertidumbre, que no se dejan disuadir por los hirientes sobresaltos de sonido. Del mismo modo, el terrorífico diseño de la monja titular, interpretada por Bonnie Aarons— exacto, ella apareció en “The Princess Diaries,” — es fenomenal, su presencia, exhibida con porte diabólico en “The Conjuring 2,” es incomoda, te hace desviar la mirada y perturbará esas noches oscuras en tu habitación, te hará preguntarte dos veces si esa tez blancuzca y esos ojos relucientes son producto de tu imaginación.
Gary Dauberman revela un guion sencillo, predecible y entretenido, una trama que resulta satisfactoria únicamente por el giro final que desemboca en el primer filme a manera de cierre. La introducción es áspera y carente de estilo mostrando material exacto de “The Conjuring 2” con una edición poco cuidada. Asimismo, la sustentación de los orígenes del demonio y lo que esto involucra más adelante es extremadamente risible, tan ficticia como inorgánica, poniendo al espectador totalmente fuera de la experiencia.
Sepultando la blanda base argumental, Taissa Farmiga y Demián Bichir, sin sorpresa alguna, interpretan a sus personajes con gusto y credibilidad; no son personajes abiertos a profundizaciones dramáticas, pero sus comprometidas actuaciones ayudan a que el filme no se convierta en el fiasco que estaba destinado a ser.
“The Nun” de Corin Hardy es la única desesperante, superficial y— literalmente —oscura entrega de toda la franquicia; una precuela insuficiente que sacrifica a dos increíbles intérpretes, una atmosfera bien lograda, un score exponencialmente efectivo y un villano peligrosamente prometedor. Desprestigiando este auspicioso universo cinematográfico, Hardy entiende la ecuación que significó éxito para los anteriores filmes, por eso, abusa de sus recursos y técnicas para acabar produciendo una extraña propuesta que se afianza en su poco espectacular estilo gótico-medieval y sus trucos reciclados provenientes de los más vacíos y latosos horrores del cine moderno. Observando los resultados en taquilla, se podría estar gestando una alarma sobre el futuro de dicho universo en caso de que New Line continúe agrietando la propuesta con filmes desprovistos de un motor eficiente, original y emocional estrenándose año tras año. Te extrañamos James Wan, regresa a casa.

Me parece que los efectos y la ambientación fueron excelentes, muchas tomas de la monja fueron en verdad espeluznantes, pero creo que salieron sobrando los dientes de tiburón de la misma. La historia y argumento, PESIMOS, Se pudo haber sacado mucho provecho de la historia y de los actores, El terror psicológico hubiese dado excelentes resultados. Y no fue mas que una película de susto facil, gritos, sangre para que los adolecentes sientan que vieron algo terrorifico. UNA PELICULA MALA.

Ami en lo personal me encantó la película aunque no me dio tanto miedo quiero decir que para la próxima película me gustaría que la monja 2 sea más terrorífica que la 1 lo que no quiero que se relaciona con el conjuro 3 sería mejor que sea como un recuento de la primera pero más apariciones malignas y que no sea de hombres lobo como dicen seria mejor como yo digo porque está película me a encantó tanto que quisiera que fuera un recuento de la misma manera en la Iglesia,la monja pero mucho peor es decir que ya nada la pueda sellar como ella poseyo el francés con dice en la película bueno de eso ella puede salir del cuerpo del francés y su ella tenga una venganza de el padre y de o monja buenoo lo que quiero decir que ella más posiciones mas reliquias religiosas y que los mismos personajes estén en su papel es decir que ellos se den cuenta que no sellaron a valak la monja y busquen una manera de cellarla pero la monja los acecha para que no la encierren espero que tomen esto en cuenta gracias

La magia retorcida de la película original Conjuring parece muy distante en estos días, ¿no es así? En el golpe de terror de James Wan de 2013 sobre una gran familia de cuello azul atormentada por un antiguo demonio, los espantos de los saltos pasados ​​de moda y una implacable sensación de temor mezclados de forma experta con una historia profundamente humana; el hecho de que nos preocupáramos por los personajes hizo que los escalofríos fueran mucho más afectivos (y mucho más efectivos). A pesar del presupuesto del estudio, esa historia de fantasmas también poseía una elegante simplicidad, con Wan diseñando una de las escenas más perturbadoras en el horror moderno: una simple imagen de una joven mirando el trozo de oscuridad detrás de la puerta de su habitación, insistiendo en que había alguien justo ahí. No fue tanto la oscuridad lo que vendió la escena; Era el rostro de la niña y el terror absoluto y lloroso que transmitía. Desde entonces, sin embargo, esta franquicia de terror ha agregado spin-offs (ver: las películas de Annabelle) y se ha duplicado en el miedo y la pirotecnia de género. Peor aún, ha abandonado a la gente. Cada nueva entrada se siente un poco más insistente, sobredeterminada y sin alma.