El director del filme afirma que no cree en la idea de "personajes" y que prefiere conocer a los actores candidatos y ver qué le provocan. Por ejemplo, se decidió a trabajar con Laetitia Dosch, a pesar de no estar escuchándole, por todo lo que le transmitía y la similitud con el personaje que iba a interpretar.
Anthony Cordier, director de la cinta, reconoce que decidió que la película se iba a ambientar en un zoo por los buenos recuerdos que tuvo de su infancia en aquellos lugares.