La urgencia de la huida
por Paula Arantzazu RuizHay óperas primas que casi parecen una declaración de intenciones, que aparecen tan brutas y urgentes como un trueno de verano. Igual de ruidosa y cierta es Los nadie, la primera película del colombiano Juan Sebastián Mesa, una exploración de la juventud del Medellín contemporáneo a través de la radiografía de cinco jóvenes a quienes seguimos mientras planean un viaje, que es más una huida, iniciático que les tiene que llevar bien lejos de su hostil cotidianidad.
Mesa retrata la rabia y las necesidades de sus personajes sin artificios ni coartadas que justifiquen el relato, sino más bien deja que sean ellos los que se apropien de la cámara y expliquen sus anhelos, en una intimidad desbordante filmada, además, en un blanco y negro de alto contraste. La película va registrando a estos chicos y chicas mientras quedan para planear el viaje, están en sus habitaciones, escuchan música (punk) o caminan por esa urbe caótica en la que no sabemos si lo que suenan son disparos o fuegos artificiales. En esos escenarios, se nos descubren frágiles pero valientes, pensando en cómo escapar de la alineación, sedientos de nuevas experiencias y al tiempo sin las herramientas para lograr alcanzar sus aspiraciones fuera del sistema.
Cercana a cierta estética de lo verité, Los nadie hace suyo el poema de Martha Medeiros que recita una de las chicas protagonistas –“… Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está / Insatisfecho con su trabajo o su amor, / Quien no arriesga lo seguro por lo incierto / Para ir detrás de un sueño…”– para recordarnos que hay ciertas decisiones que requieren de coraje. Incluso cuando el horizonte no es halagüeño.
A favor: Su espíritu de verdad.
En contra: Que esa urgencia en ocasiones no sostiene algunas decisiones de la película.