Anna Biller ha comentado que cuando hizo esta película no pretendía realizar un homenaje al cine de terror de la década de 1970 o a la sátira. En varias entrevistas que ha dado a la revista canadiense dedicada al terror, Rue Morgue Magazine, ha comentado que la finalidad era mostrar la cultura burlesca, algo en lo que incide gracias al empleo de la iluminación propia de las películas antiguas, por lo que cualquier parecido con el cine setentero es pura coincidencia.
La directora ha asegurado que una de las intenciones del largometraje era mostrar que los hombres son biológicamente inferiores a las mujeres y que solo estas son capaces de amar, argumento en el que la directora afirma creer firmemente.
Gran parte de los decorados y trajes fueron hechos a mano por la propia directora.