Cada día en Brooklin, cientos de ajetreados neoyorquinos pasan frente a decenas de tiendas que promocionan alimentos naturales y orgánicos para trabajar en un pequeño supermercado que no tiene marketing ni fines de lucro -y sin embargo genera más ventas por metro cuadrado que cualquier otra tienda de alimentos en New York. El secreto de la Park Slope Food Coop para sus más de 40 años de éxito es simple : para comprar allí cada uno de los 17.000 socios -ricos o pobres, jovenes o viejos, de cada cutura y raza en la ciudad- tienen que trabajar allí tres horas por mes.
El resultado es un círculo virtuoso. Menos gastos en salarios permiten a la Coop bajar sus precios. Precios más bajos atraen más gente. Más gente significa mayor poder de compra. Mayor poder de compra trae preciós aún más bajos, más socios, socios más felices – y el ciclo continúa. No sorprende que los europeos hayan comenzao a mirar al modelo de la Park Slope Food Coop como una via positiva y sustentable para suplantar a los monopolios corporativos, unir comunidades e incrementar el acceso a alimentos de calidad mientras se promueve la alimentación sana y el consumo responsable a nivel ecológico.