Si bien “Roma” es nombrada como la autobiografía y pequeño capricho de Cuarón, es innegable que está marcada por una fuerte presencia femenina, plasmada de forma sublime, con un hermoso y limpio blanco y negro, en donde los sentimientos resaltan por sobre todo, logrando traspasar la pantalla, apretando el alma y estrujando el corazón. Es imposible no ver reflejado en la historia de Cleo la vida de mi abuela, mi madre, mi tía, mujeres de un pasado difícil y un presente muchas veces cuesta arriba, que se han encargado de endulzarle la vida al resto y callar sus penas, con el fin de impulsar los sueños de sus seres amados, hijos, nietos, esposos, parejas, etc; sin esperar el reconocimiento de nadie, dedicando una vida entera para hacer brillar nuestros propios anhelos. Eso es lo que hace Cuarón, homenajear el trabajo insaciable de las mujeres que han rodeado su infancia, una película totalmente sobrecogedora, humana, que logra con creces plasmar el significado de ser mujer, a través de la sutileza por muy crudas que se tornen las imágenes en algunos pasajes de este film, acongoja y te hace reflexionar sobre lo poco agradecidos que somos muchas veces con aquellas mujeres, que nos reciben siempre con un plato de comida caliente, una palabra alentadora y con el corazón abierto, independientemente de cuantas veces nos equivoquemos. Podría alargar esta reseña hablando de cosas netamente técnicas que están maravillosamente bien logradas, pero creo que ya esta más que dicho por la prensa especializada, solo me queda dar gracias al grandioso Alfonso por este regalo cargado de amor y agradecimiento.