Un grupo de familiares de desaparecidos en la guerra civil de Guatemala encargó al director Claudio Zulian un documental que diera testimonio de su búsqueda de justicia para las víctimas. Según explica Zulian: "Lo que hicimos fue poner sobre la mesa lo que sabíamos todos. Yo sobre cine y documentales, ellos sobre su historia y de lo que deseaban. Lo compartimos y trabajamos juntos. El documental no es nada más que la punta del iceberg de todo el trabajo que están haciendo estas personas en Guatemala".
En el año 2012 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó por primera vez al Estado de Guatemala por estas desapariciones forzadas y les obligó a producir un documental financiado por el Estado, pero hasta ahora no ha querido acatar la sentencia. Por ello, los familiares no quisieron esperar y decidieron llevar las riendas de este proyecto ellos mismos.