El payaso psicópata Art aterroriza a dos chicas durante la noche de Halloween, matando a todos aquellos que se interponen en su camino.
Una pieza insípida y mezquina de porno de tortura, creada únicamente para asquear, ofender e impactar, pero sin nada que ofrecer ni ningún tipo de profundidad narrativa. Los amantes del gore y del Slasher estarán satisfechos.
Busca crear una atmósfera sádica y grotesca, algo parecido a las obras de Rob Zombie pero para mi sin estar a la altura. La dirección es buena, tampoco hay mucho que hacer siendo que el punto fuerte es lo salvaje del antagonista, sin límites y con el único objetivo de despedazar a sus víctimas. La dirección de fotografía está bien, crea buen ambiente, oscuro y tenebroso y con buena iluminación la mayor parte del tiempo. El guión aporta a la narrativa para que fluya sin problemas, pero poco más, ya que no profundiza ni ofrece nada interesante. Una historia muy simple, no busca aleccionar, solo tenerte pegado a la pantalla gracias a las cantidades industriales de sangre, tetas y un asesino carismático. Se centra tanto en homenajear las series B ochenteras que se estanca en ello sin aportar nada nuevo. El último tramo de la película hasta se me hizo aburrido, pierdes el interés tras ver tantas muertes y saber que lo único que vas a ver más, son más muertes. Y el final es soporífero e inexplicable, el guionista no sabía por donde salir y escogió la vía rápida.
El punto fuerte a parte del realismo del gore, es el antagonista, un asesino bien caracterizado y original, un Howard Thornton que con sus gestos y su mímica sabe darle mucha personalidad y un toque humorístico a lo grotesco de la obra.
Se le ha dado tanto bombo que me esperaba mucho más, pero no es la gran cosa, divertida y gamberra, pero para verla una vez de broma con amigos y basta. 4'7.