Película usa del 2018, de una duración de 109 minutos, con una valoración de 2/10, bajo dirección de Julius Avery y guión de Billy Ray - Mark L.Simith, con un presupuesto de 38 millones, sci-fi.Tras pasar por el Festival de Sitges de su edición.
El largometraje comienza con unos minutos belicos frenéticos y cautivadores que nos incita a la curiosidad.
La película se aclimata dentro de sus campos formales y nos avisa que una rompedora edición de sonido y una fotografía capitaneada por los claroscuros, y que será lo que más disfrutemos en cuanto a los aspectos técnicos; al menos a priori.
A la par, en medio del viaje hacia la Francia asediada en un infernal encuentro, Avery aprovecha para presentar a los personajes y las relacion existente entre ellos, lo cual es de agradecer.
Tras esto, el ritmo decae para sumergirnos en la historia y, ahora sí, la estructura se inclinará poco a poco desde un cine bélico reducido en cuanto a escala de pequeños escarceos, hasta un conflicto de género puramente fantástico y que destaca por la manera gamberra, cuidada y desenfadada de mostrarse.
El filme es autoconsciente de sí mismo y camina por la fina línea entre la Serie B, como cine de bajo presupuesto que, realmente, dista mucho de serlo. Y es que la factura técnica es notable.
Es aquí, donde el espectador puede sentir la mano de J.J. Abrams como creador y, particularmente, los recursos de Bad Robot como estudio para envolver la cinta con unos recursos técnicos de primer orden que, además, están escogidos y utilizados de forma sobresaliente.
Los efectos desonido particularmente, de las explosiones y sonido de disparos, gozan de un nivel de impacto, profundidad y ecualizado que consiguen sobrecogernos en cada momento; y el maquillaje de los personajes es efectista, gore y no desfallece nunca. Overlord se muestra tal y como debiera, y no duda en utilizar la crudeza y unas escenas.
Ahora otra cosa es su crebilidad y se narrativa, la que la hace perder todo lo aceptable, clichés de heroísmo usa, en el que media docena de aliados puede con todo un batallón, en la que en cada bala norteamericana, mata a un torpe aleman, por lo que el terror de lo fantástico cae en el puro absurdo irrisorio. En el que ni sorprende, ni nos entretiene con la historia que nos cuenta su director.