La directora del filme, Arantxa Aguirre, fue bailarina cuando era niña. Además, conoce profundamente la compañía de Giles Roman, ya que con esta compañía ha realizado ya tres largometrajes y un corto. Fue precisamente Roman quien le encargó la elaboración de este nuevo documental sobre el proceso de creación de este gran espectáculo basado en Beethoven.
El rodaje de la película se alargó durante nueve meses entre Lausanne y Tokio.