“El Patriota” es un film épico que relata las peripecias de los miembros de una incipiente familia norteamericana en la Guerra de la Independencia contra el Imperio Británico. Roland Emmerich nos presenta a un Mel Gibson que da vida a un antiguo Coronel del Imperio Británico al que las circunstancias, además de los excesivos impuestos que se pagaban al Imperio, le hacen unirse a la Revolución en defensa de su familia y sus intereses. La recreación histórica y de las batallas en la cinta está muy bien hecha. Aunque claro, a todos los que le salgan ampollas viendo las barras y estrellas, pues la película no les va a gustar. Pero mi pregunta es ¿que esperaban? Si sale Mel Gibson y se llama El Patriota, es normal que sea una película alabando a los fundadores de los Estados Unidos de América.
Narra perfectamente como se sentían los colonos, hacia el trato de los ingleses y las injusticias por la cuales se produjo esta guerra, por esto a los apasionados de la historia esta película les va a fascinar. Grandes escenas bélicas, filmadas en cámara lenta para plasmar los detalles de cada enfrentamiento, una estupenda banda sonora, una ambientación espectacular, una fotografía de infarto y sobre todo la mera presencia de un Mel Gibson que llena la pantalla en estos papeles épicos de defensa a ultranza de sus ideales y de su familia a los que nos tiene acostumbrados. Tocando esos valores familiares a través de la figura paterna del clan familiar, plasmando el dolor y sin sentido de las guerras, que son capaces de destruir todo a su paso.
Roland Emmerich, solventa con oficio una historia sólida de aventuras, batallas y venganza, con los valores de la familia como núcleo central y presentada dentro del marco histórico de la revolución vivida en América. Consigue encontrar el equilibrio entre las grandes batallas y los momentos íntimos de los personajes principales, ofreciendo un amplio abanico de personajes bien definidos y característicos que forman parte del grupo de milicianos, donde cada uno tiene su motivación, pero todos luchan por un bien común. Su director presenta con claridad los enfrentamientos bélicos, ofreciendo una visión de las estrategias seguidas por ambos bandos y evita caer en el truco fácil del barullo. Se apoya en unos excepcionales efectos especiales, para plasmar con verosimilitud los efectos devastadores que tiene una bala de cañón y maneja con acierto los tiempos, para ofrecer instantes de pausa que permiten seguir el desarrollo de las emociones y sensaciones de los diferentes personajes.
Las actuaciones son soberbias, Mel Gibson está sublime, adoptando descaradamente poses del siglo XX, y como digo anteriormente le viene pintado este tipo de cine épico. Heath Ledger hace una interpretación bastante notable. Todos los actores infantiles están muy bien, Jason Isaacs con su interpretación de malvado sin compasión, hace la actuación de su vida, llegas incluso a odiarlo. La mayoría lo hacen francamente bien, Tom Wilkinson, Tchéky Karyo, Chris Cooper, Gregory Smith y Lisa Brenner, entre otros…
En definitiva, una película emocionante y emotiva. Todo un espectáculo épico, que tiene en su historia y personajes, las armas necesarias para alcanzar la victoria del éxito. La cinta se sustenta en unas escenas rebosantes de adrenalina, unas escenificaciones de batallas sublimes, magníficamente coreografiadas, de un realismo crudo soberbio.