Tras terminar su colaboración en los trabajos de la Estatua de la Libertad, Gustave Eiffel se encuentra en la cima de su carrera. El gobierno francés quiere que cree algo espectacular para la Exposición Universal de 1889 en París, pero el arquitecto solo está interesado en el proyecto metropolitano. Todo cambia cuando se cruza con su amor juvenil. Su relación prohibida lo inspira a cambiar el horizonte de París para siempre.