Crítica de SensaCine.com para La otra cara del crimen: Crónica familiar

Con esta película, James Gray se dio a conocer internacionalmente. Pese a que no era su ópera prima, sí fue la película que le colocó entre los directores norteamericanos más respetados. Contó con un reparto de estrellas jóvenes que realizaron grandes actuaciones (Joaquim Phoenix, Mark Wahlberg y Charlize Theron), apoyados en veteranos como James Caan y Ellen Burstyn. La película es un drama familiar camuflado como película criminal, sobre los diferentes intereses existentes en Nueva York por controlar el negocio de los pabellones de reparación de trenes de Queens.

En las películas de Gray siempre hay una mirada tensa hacia la comunidad, dividida entre sus intereses emocionales y los puramente económico. Trata, en el fondo, el eterno conflicto entre lo público y lo privado, entre las obligaciones familiares y la ley. Entre la justicia y la defensa de lo propio. Para ello, Gray recurre a un argumento clásico, el de un hombre que se sacrifica por toda su familia y todos sus compañeros, yendo a la cárcel para bloquear una investigación. Fue el cabeza de turco. A su regreso, todo ha cambiado y ya no reconoce ese mundo como suyo. Ya no tiene lugar, y ahí nace el conflicto.

Es un tema muy propio del cine americano, pero que Gray filma sin nostalgia alguna. Con fuerza y con pasión. De hecho, una pelea cara a cara, a puños cerrados que se encuentra al final de la película, sigue siendo una de las escenas más icónicas de este director, por lo bien rodada que está, con una continuidad y una violencia descarnada poco habitual en el cine americano reciente. En definitiva, una película que dejó claro que James Gray iba en serio.

A favor: Afronta sin miedo los grandes temas del cine americano.

En contra: Que las limitaciones presupuestarias no le permitan ir más allá.