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    Jean-François y el sentido de la vida
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Jean-François y el sentido de la vida

    Señas de identidad

    por Carlos Losilla

    En las películas americanas, cuando los adolescentes proceden de familias desestructuradas, cuando fracasan en la escuela, cuando no encajan en el mundo que los rodea, o bien se convierten en delincuentes, o bien se ponen a añorar su infancia, o bien haraganean hasta encontrar algo que les indique un camino a seguir. Y es curioso, porque el “aprendizaje” es un concepto que procede de otra cultura, del 'bildungsroman' y de Goethe, por mucho que luego J. D. Salinger le otorgara la plenitud de su sentido al trasladarlo a Estados Unidos. En cualquier caso, la teen-movie es una invención hollywoodiense, de modo que Rebelde sin causa (1955) podría ser el precedente directo de Los 400 golpes (1959) y James Dean el hermano atolondrado de Jean-Pierre Léaud. Y por eso resulta tan curiosa la irrupción de una película como Jean-François y el sentido de la vida en el panorama del cine catalán y español. Pues este debut de Sergi Portabella en el largometraje, tras unos cuantos cortos apreciables, es una teen-movie que habla de un chaval que no solo quiere cambiar de vida, sino también de país: hastiado de la mediocridad de su entono, Francesc decide ser francés y encomendarse a Albert Camus, por quien se siente fascinado tras la lectura casual de El mito de Sísifo.

    Francesc vive con su madre, una mujer separada que trabaja duro y apenas tiene tiempo para él. En la escuela, sus compañeros no lo dejan en paz, lo consideran el rarito de la clase y por eso lo marginan, lo insultan, incluso le propinan alguna que otra paliza. En consecuencia, cuando descubre que existe un señor apellidado Camus se siente fascinado por él. Hasta el punto de soñar con llegar a París para conocerlo. Hasta el punto de conseguir que Lluna, otra joven desubicada, le acompañe en ese viaje iniciático. Lluna solo quiere recuperar a su novio, que también se ha ido a Francia, aunque en su caso siguiendo a otra chica. En cambio Francesc -perdón, Jean-François— quiere que Camus le diga cuál es el sentido de la vida y le explique bien qué es eso del existencialismo. Es una lástima que la película no sepa definirse demasiado bien entre estos dos caminos, entre la típica historia de adolescentes perdidos y ese lado más original, más surrealista a veces, del chico que quiere ser otra persona, vivir en otro país, abrazar otra cultura. Cuando se decide a ser una 'road movie', cuando deja atrás las anécdotas cotidianas para centrarse en el viaje de Francesc y Lluna por toda Francia hasta París, acaba centrándose más en el posible romance entre ellos que en esa opción más bizarra, que poco a poco se va desdibujando. 

    Sin embargo, hay que reconocerle a Jean-François y el sentido de la vida un 'élan' propio, un tono que termina redimiéndola. Por supuesto, los jóvenes actores Max Mejías y Claudia Vega contribuyen en gran medida a que el filme acoja de buen grado un humor a veces distanciado, a veces marciano, a veces tierno. Y Portabella pone en escena el conjunto con innegable voluntad de estilo, concibe el mundo cotidiano del muchacho como una serie de espacios asépticos y aburridos que lo obligan a abrirse al mundo, a lanzarse a la carretera, a huir de sí mismo, incluso de su propio nombre, en una negación absoluta de una identidad que rechaza. La película es desequilibrada, pierde el tono con excesiva frecuencia, pero finalmente sabe conectar con un cierto sentimiento muy contemporáneo, sobre todo por estos lares. Pues quizá no sea casualidad que otras películas recientes, catalanas y españolas, también estén hablando de huidas, interiores o exteriores, desde Formentera Lady, de Pau Durá –que por cierto participa como actor en el trabajo de Portabella— hasta Casi 40, de David Trueba. ¿Será que, una vez más, todo lo que nos rodea se nos está haciendo irrespirable? 

    A favor: Un humor a veces absurdo que le otorga su originalidad.

    En contra: Sus vaivenes, su indecisión, su excesiva prudencia.

     

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