Olivier Ayache-Vidal asegura que con esta historia quería rescatar y homenajear a aquellos profesores "que todos tuvimos y nos hizo amar el colegio".
Para que la película fuera lo más realista posible, convivió durante cerca de dos años con los 500 alumnos y 40 profesores del colegio Maurice Thorez de Stains, situado en una población cercana a París.
Esta película es el primer largometraje que dirige el director Olivier Ayache-Vidal tras varios cortos como Welcome to China o Coming-out.
La película está inspirada en otros filmes "de instituto", como explica el realizador, que asegura que sigue la estela de trabajos como El club de los poetas muertos o la francesa La clase.