“Green Book” es una historia real de amistad muy conmovedora de dos personas totalmente diferentes, algo que hubiese sido improbable de no ser por la relación que se formó entre un virtuoso pianista negro y el portero de un club de Nueva York, que fue contratado como chofer para llevarlo a una serie de conciertos, a través de un territorio hostil que es el sur de los Estados Unidos en los años 60.
El título de la cinta es una referencia a “El Libro Verde de los viajeros negros”. Publicada de 1936 a 1966, una guía que ayudaba a los viajeros afroamericanos a encontrar alojamiento, restaurantes y otros lugares donde no tuviesen problemas.
El racismo que imperaba en aquellos años, contrasta con la personalidad de este gran pianista que da conciertos muy exclusivos a gente muy adinerada, teniendo que soportar continuos ataques humillantes a su persona por el color de su piel.
Es una historia que de una forma u otra, ha sido contada en el cine muchísimas veces. Pero ya no importa lo que se cuente, importa el cómo, y para muchos, es posible que el final sea predecible, pero creo que como he dicho antes, lo importante es como se desarrolla la trama, como te conducen hacía ese final. Y han sabido hacerlo de maravilla.
Las actuaciones son sencillamente espectaculares, Viggo Mortensen está sublime interpretando a Tony Lip, (personaje visto en Los Sopranos y que ha tenido papeles en varias películas de Martin Scorsese) Italoamericano, chulo, rechoncho, parlanchín, rudo, pero de buen corazón. Mahershala Ali como el compositor y músico Don Shirley, un hombre muy culto y solitario. Lo borda.
En definitiva, Green Book es de esas historias que te hacen sentir bien, sobre dos mundos diferentes que se unen ante las dificultades, superando los prejuicios y consagrando una buena amistad. Maravillosa película.