Obra maestra del siglo XXI. Peter Farrelly logra a la perfección transportarnos a la EEUU de 1962 subyugada al racismo, donde en el Sur todavía las banderas confederadas siguen ondeando orgullosas.
La interpretación de Viggo Mortensen como "Frank Vallelonga", un hombre talentoso para resolver conflictos, y Mahershala Ali como "Don Shirley" , un insólito pianista de raza negra, supera la excelencia. Ambos personajes, de la mano de un precioso Cadillac color turquesa y una carretera, abordan una serie de inolvidables anécdotas ocurrentes.
La forma con la que Farrelly consigue presentar el tema recurrente, la intolerancia y el racismo, es de una excepcionalidad difícil de imaginar. Los puntos cómicos se distribuyen a lo largo de toda la historia, y casi siempre liderados por el señor Vallelonga, un personaje singular que acaba por vivir una transformación acorde a lo que los nuevos tiempos avecinan. Por otro lado, Don Shirley un pianista elitista, negro y homosexual, consigue con su frase más pura inmortalizar la ideología de la época: Así que si no soy lo suficientemente negro, y si no soy lo suficientemente blanco, y si no soy lo suficientemente hombre, entonces dime Tony, ¡¿qué soy?!.
Para acabar, película de obligatoria visualización. La risa, el entramado y los personajes, interaccionan entre sí para terminar creando una historia difícil de olvidar.