La película El bueno, el feo y el malo ha sido considerada obra antológica del 'spaghetti western' en la historia del cine.
El punto de partida para reconstrucción del escenario, fue el homenaje de la Asociación Cultural Sad Hill en el famoso cementerio por la muerte de Elli Wallach en 2014. Los miembros del grupo encontraron las piedras originales debajo de la tierra y decidieron que era necesario hacer algo para revivirlo.